Se ve pocas veces, pero en ocasiones los futbolistas profesionales muestran su faceta más cercana a sus seguidores. Aceptar sus vicios, defectos, gustos y manías son una forma de acercarse a sus millones de fanes que les tienen por ídolos, pero en la mayoría de casos desconocen su personalidad en la vida cotidiana junto a sus familias.
La última anécdota más conmovedora la protagoniza Luis Suárez. En una de sus entrevistas a Otro, el delantero azulgrana reconoció su mal carácter en los terrenos de juego y también los consejos que recibe de su hija mayor Delfina.
El 9 del Barça, conocido por su garra e ímpetu en cada partido, explicó los reproches y consejos que la mayor de sus tres hijos le replica en casa tras finalizar sus partidos. "A veces que discuto con el árbitro y mi hija de ocho años me dice no discutas tanto con del árbitro. Te intentan corregir, te intentan controlar en esos aspectos y uno eso lo agradece y me pone contento".
Una recomendación para reducir un carácter innegociable para el uruguayo en el verde donde se deja el alma y que es una parte fundamental de lo que es como futbolista. Hasta en casa se han dado cuenta.