Sofia Balbi y Luis Suárez han vivido una auténtica historia de amor. Después de conseguir estar juntos tuvieron tres hijos: Delfina, Benjamín y Lautaro, el recién llegado. Ellos son sus auténticos logros, sus tesoros, el gran premio y las personas por las que aman y luchan todos los días. Tanto Suárez como Balbi enseñan orgullosos a sus seguidores en redes sociales las hazañas de los pequeños. 

Recientemente la mujer del futbolista volvió a publicar una fotografía en Instagram de sus hijos, en esta ocasión de los dos más grandes, Delfina y Benjamín. Testigo del paso del tiempo la joven mostraba a sus seguidores como han crecido ambos y lo orgullosa que está de ellos. La mayor, su ojito derecho, cumplirá en breve nueve años. Toda una mujercita. Mientras Lautaro es quién necesita toda la atención en estos momentos, todavía no tiene ni un año. Pero como demostraron sus padres, sus dos hermanos mayores se cuidan de él. 

 

"Mis bebes grandes que crecen y crecen", escribió Balbi en su publicación. En ella se puede ver a Delfina y Benjamín perfectamente conjuntados donde el rojo predomina en el vestuario. Él deportista total, siguiendo los pasos de su padre. Con las gorras de moda siguiendo los pasos de Leo Messi. Sin olvidar su pose de "chulito". Delfina, mucho más coqueta y presumida, con sus dos moños en la cabeza. Una falda con transparencias de DKNY y zapatillas. Dos modelazos. 

El amor que cambió al delantero 

La historia de amor entre Luis Suárez y Sofia Balbi es una de las más bonitas del mundo deportivo. Con un futuro poco prometedor, el futbolista, con tal solo 15 años, conoció a su esposa. Un amor especial de adolescencia. Sus familias eran completamente opuestas, como los Montesco y los Capuleto. Él venía de una familia pobre. A veces ayudaba a su abuelo a cuidar vehículos en el aparcamiento para sacarse unas monedas. Sofía venía de una adinerada. El padre de la joven trabajaba en un banco de Montevideo y residían en una buena zona, a unos 25 kilómetros del futbolista

Pero el amor no entiende de distancias ni de clases sociales. Todo el mundo daba a Suárez por perdido, menos BalbiSofia le dio al uruguayo toda la motivación que necesitaba. Luis mejoró en los estudios y en el fútbol con tal de estar con su pareja. Al poco tiempo el banco del padre de la joven cerró y emigraron a Barcelona. 10.350 kilómetros de distancia y un océano de por medio. 

Luis Suárez no quería perderla, así que le prometió convertirse en un jugador profesional para poder llegar a Europa y entonces la iría a buscar. Cuando empezó a despuntar le llegó la oferta de un pequeño club holandés, no era gran cosa pero lo suficiente para estar más cerca de su amada. Aceptó la oferta. 

Al llegar a la ciudad firmó el contrato y cogió el primer avión dirección Barcelona. La encontró y pasaron unos días juntos. Pero se tuvo que ir. Ella le acompañó al aeropuerto y entonces Suárez le hizo la propuesta de irse con él. Aceptó con tan solo 16 años. Desde entonces no se separaron. En 2009, cuando jugaba en el Ajax, se casaron. Más tarde volvieron a casarse en Montevideo y después tuvieron su primera hija, la mayor, Delfina