El caso de Izan ha vuelto a poner sobre la mesa la problemática del bullying. El chico de 11 de Mallorca recibió el apoyo de gran número de famosos después de que su hermano compartiera el vídeo en que se veía cómo el pequeño era acosado por varios compañeros.
El niño afrontó los insultos callado y salió reforzado, pero no siempre estos casos tienen un final tan feliz. Muchos han recordado el caso de Alejandro, un niño que con sólo 10 años se quitó la vida porque no quería ir al colegio. Las razones no eran las de cualquier niño.
Acoso e insultos
“Tenía problemas con una profesora que le acosaba e intimidaba delante del resto de la clase, creemos que eso fue el detonante”, recuerda la madre del fallecido. “Le decían que era una mierda, que no merecía la pena, que era tonto, que era un enano”, palabras y actitudes que hicieron mella en él.
El chico pidió a su progenitora que lo cambiara de escuela en repetidas ocasiones, el problema es que ella, aquejada de cáncer, no podía hacer frente a esta situación en el momento, aunque habló con dirección. El primer año le cambiaron de profesora, al siguiente Alejandro la volvía a tener.
Grito desesperado
La progenitora aún recuerda el día en que su pequeño falleció. “La última vez que me dijo que no quería ir al colegio eran las nueve y media de la noche. Poco después oímos un ruido fuerte, le buscamos por toda la casa, me asomé por si había bajado al jardín y vi su cuerpecito ahí tirado. Murió horas después en el hospital por una hemorragia cerebral", relata.
Minutos antes de esto el niño le suplicó hasta en tres ocasiones: “Mamá, por favor, no quiero ir al cole, no quiero, no quiero”. Mientras le preguntó si pasaba algo. Poco después él “subió la persiana, abrió la ventana y se tiró”.
Plan estatal
Ante estos hechos, la mujer reclama un plan estatal contra el acoso en las escuelas. Considera necesario que los centros deben tener a profesionales de la psicología externos para tratar estos casos. Su hijo lo necesitaba, cuando se quitó la vida llevaba meses en tratamiento por depresión.
Los psicólogos subrayan que los casos de acoso son difíciles de detectar. Los pequeños muchas veces prefieren no decir nada, en ocasiones por miedo a que el agresor reaccione. Sólo en 2020, 14 niños menores de 15 años se quitaron la vida. Los casos como Alejandro son un ejemplo de cuan grave es la situación. “Mi hijo se tiró desde un cuarto piso porque no quería ir al colegio”, sentencia su madre.