André Bamberski, el "padre justiciero" francés, encargó en 2009 el secuestro de un médico alemán sospechoso del asesinato de su hija en 1982. Kalinka fue asesinada en Alemania a los 14 años, presuntamente a manos del doctor Dieter Krombach, que era su padrastro.

Un día de verano, el sanitario cogió una jeringuilla de su maletín y le ofreció a la adolescente una inyección para prolongar el bronceado. Al día siguiente, la joven amaneció muerta. Aunque el cardiólogo intentó salvarla con un método de reanimación, no tuvo éxito.

Extraña muerte

Este caso llegó al documental de la plataforma de Netflix El asesino de mi hija, que narra con testimonios de los protagonistas la extraña muerte que conmocionó a Francia.

En un primer momento, la madre y el padrastro alegaron que la menor había fallecido por un golpe de calor. Sin embargo, los forenses encontraron en su cuerpo restos de contenido del estómago en los pulmones y en las vías respiratorias, alimentos sin digerir, varias marcas de inyecciones, un desgarramiento superficial en la vagina, manchas de sangre en torno a los genitales y una sustancia blanca en la vagina.

Investigación

André Bemberski descubrió que el médico había participado en la autopsia de su hija y empezó a sospechar sobre su implicación en el caso. El progenitor comenzó a investigar por su cuenta después de que las autoridades no le hicieran caso. 

“No se precisaba si mi hija había tenido relaciones sexuales antes de morir, no se indicaba qué era la sustancia blanquiza que se encontró en su vagina, ni el origen de un pequeño desgarre en la vulva; ningún análisis toxicológico acompañaba la autopsia”, expresó para el diario El País.

Homicidio

Mientras que la justicia alemana no condenó al médico, la francesa le impuso en 1995 una pena de 15 años de cárcel por homicidio y por haber “infligido daño intencional que provocara una muerte no intencional”. Tras recibir la libertad de prisión en 2008, Krombach apareció encadenado en las puertas de una comisaría en el año 2009.

Bamberski confesó haber encargado a unos sicarios rusos su secuestro y entrega a la justicia francesa, tras años de tormento al ver como el que consideraba asesino de su hija vivía en libertad en Alemania. "Me siento aliviado, en paz conmigo mismo, he cumplido la promesa que le hice a mi hija en la tumba", aseguró entonces Bamberski, que pronto se ganó el apelativo de "padre justiciero".

Secuestro

Krombach fue condenado de nuevo en 2012 por los tribunales franceses a 15 años de cárcel por el asesinato de Kalinka, una pena que se convirtió en definitiva después de que el Supremo galo rechazara el último recurso de sus abogados, que piensan ahora recurrir al Tribunal de Estrasburgo.

El hombre finalmente fue liberado el 22 de febrero de 2020 y, siete meses después, el 12 de septiembre de 2020, Dieter Krombach falleció en una residencia de ancianos en Alemania. No se desvelaron públicamente las causas exactas de su muerte.