Remedios nunca olvidará la última y desgarradora llamada que recibió de su hijo: "Estamos a la deriva, mamá, apunta por favor, no nos dejéis morir". Manuel Ríos Cruz, de 25 años, falleció hace 13 años cuando su barco terminó a la deriva y quedó náufrago para siempre. El joven le dio las coordenadas a su madre, pero nunca lograron encontrar su cuerpo.
"Tener a un familiar desaparecido es duro, pero es peor cuando desaparece en el mar", se lamenta su madre después de tanto tiempo. Fue a ella a quién llamó por última vez para decirle dónde se encontraba su barco y ella, esperanzada, llamó a salvamento marítimo. Sin mucho éxito, ya que nunca dieron con el joven.
Últimas palabras
Manuel se dedicaba a trabajar de albañil de día y portero de discoteca de noche. Su sueño era casarse con su novia Michelle y apenas le gustaba el mar. Sin embargo, el Puente de Todos los Santos del año 2009 acabó, en circunstancias sospechosas, en barco a la deriva. Según le había contado a su madre, se fue a Málaga a pasar unos días.
Remedios notaba que algo no iba bien; de hecho, un día se despertó "con mucho malestar". Y, efectivamente, todos sus malos presagios se cumplieron la tarde del 3 de noviembre cuando, a las 19 de la tarde, su hijo le llamó desesperado: "Coge lápiz y papel, apunta, pero rápido, rápido, que estamos en peligro, que estamos muy mal, que estamos a la deriva".
Triste desenlace
La mujer entró en pánico y, con las coordenadas en mano, llamó a salvamento marítimo. "Tenía todo preparado para su rescate, solo faltaba que llamaran diciendo que Manuel estaba ahí, pero la llamada no llegó", cuenta Remedios. Sin embargo, sí recibieron una llamada pero con malas noticias: "Hemos ido al sitio que marcaban las coordenadas, había un barco boca abajo, hemos ido a repostar y al volver ya no hemos encontrado nada".
Esas fueron las palabras de las autoridades al encontrar la barca en una zona con poca profundidad, que barajaron dos alternativas: "O se lo han comido los peces o ha sido arrastrado a Argelia, Francia o Marruecos". A pesar de que su familia viajó a todos los lugares posibles para ver si se encontraba allí, el cuerpo de Manuel nunca regresó.