El caso del pequeño Drayke ha vuelto a poner en evidencia el drama del acoso escolar. El niño de 12 años se quitó la vida hace unas semanas después de sufrir bullying por un compañero del colegio durante más de un año.
Su muerte se ha vuelto viral gracias a la publicación de su madre en redes sociales, que colgó una fotografía de su hijo ya fallecido para concienciar sobre la dureza del bullying. Una foto en blanco y negro en la que define al acoso infantil como "un enemigo silencioso y muchas veces mortal".
Sentencia el acoso escolar
Ahora, es su padre el que rompe su silencio para compartir una desgarradora carta sobre la muerte de su pequeño. También con una imagen del hombre abrazado al cuerpo sin vida de su hijo, Andrew Hardman sentencia el acoso escolar: "Esto tiene que acabar ahora".
El padre tiene aún grabado en la retina el momento en el que su hija mayor descubrió el cuerpo sin vida del pequeño, algo que califica de "pesadilla cada momento que cierro mis ojos, mientras mi hijo nunca más volverá a abrirlos. Cierro los ojos y recuerdo los gritos de mi hija de 16 años que vio algo que nunca debería haber visto".
'Bullying'
En el relato recuerda cómo "sentía que no me quedaba fuerza en mis brazos exhaustos para hacerle la reanimación". También "luchando contra la idea de que Drayke ya había muerto debajo de cada uno de los movimientos". O "mientras el vómito que aspiraba se filtraba por su preciosa boquita".
"¿Qué provoca que un niño de 12 años pierda la esperanza en su corazón hasta el punto de atarse la capucha al cuello y quitarse la vida?", se pregunta. Y él mismo da la respuesta: "En una palabra, el bullying". Por eso explica que "esta mañana me he levantado más cabreado que cualquier otro momento de mi vida".
El culpable
"¿Me culpo a mí mismo? ¿Culpo al acosador de mi pobre hijo? Culpo al sistema, al hecho de que aún exista este tipo de acoso", sigue diciendo. Su mensaje apunta a que existe el acoso entre niños "porque ven cómo lo hacemos los adultos y ellos aprenden". Eso, dice, "alimenta su falta de confianza, piensan que les hace ser guay".
Andrew lamenta todo lo que no podrá hacer su hijo a partir de ahora: "Mi hijo nunca se casará, nunca podrá ser padre. Mierda, nunca tendrá un futuro de ningún tipo, solo por culpa de un niño cobarde. ¿Por qué ese chico tenía derecho a tratar a mi hijo como si no fuera humano?". Unas preguntas que no tendrán respuesta pero que el hombre se consuela con el agradecimiento de "tanta gente maravillosa en el mundo que nos ha hecho sentir su amor".