Cristina R.V, la acusada de haber asesinado y calcinado a José María R.Z, un hombre de 53 años, oriundo de Barcelona, al que conoció en una página de citas de Internet, ha pasado este jueves a disposición judicial. La joven de Ourense (Galicia), de tan solo 26 años, se autoinculpaba este lunes ante su psiquiatra de los hechos y confesaba que además de haberle asesinado, también le había calcinado.
Al parecer, la mujer sufría algún trastorno psiquiátrico que terminó en un brote que acabó con la vida del catalán tan solo un día después de haberse conocido en persona. El asesinato tuvo lugar la noche del 24 de agosto.
El crimen
De hecho, ha sido la propia joven quien ha confesado que asfixió al hombre después de haberle dormido con tranquilizantes. Para deshacerse del cadáver, ha revelado que encendió una hoguera en la parte trasera de su hogar. Minutos después, una vecina sorprendida por la humareda que generó el fuego acudió hasta su casa para pedirle que lo apagase. Cristina cumplió con el ruego.
Fue entonces cuando se percató de que el fuego no había calcinado por completo el cuerpo del difunto y decidió descuartizar la parte restante para enterrarla en el jardín de la casa y en una cuneta. De hecho, este martes, los agentes de la Guardia Civil hallaron un pie de José María en la finca contigua a la vivienda de la homicida.
Un trauma infantil
Según la declaración de la acusada, la joven mató al barcelonés después de mantener una fuerte discusión en la que él le aseguró que estaba perdidamente enamorado de ella. Un sentimiento que no era correspondido por la veinteañera. Con todo, el móvil del caso está todavía por resolver, aunque todo apunta a que un trauma infantil y un brote psicótico podrían tener algo que ver.
Al parecer, Cristina y su hermana melliza sufrieron abusos sexuales cuando eran muy pequeñas por parte de un miembro de su entorno familiar. De hecho, una de ellas lo denunció en los tribunales. A pesar de que aparentemente había logrado rehacer su vida, la acusada hacía poco que se había separado de su marido, un hombre de 55 años con el que se casó hace un lustro y con quien tuvo una hija.
La vida de Cristina
Hoy, ambos, residen en Vigo, después de que el juez que instruyó el divorcio entregara la custodia al padre de la menor. Desde entonces, la joven residía en la casa de Cortegada, la vivienda que rehabilitó junto a su exesposo.
Fuentes vecinales cuentan que tras terminar los cursos de educación secundaria obligatoria para adultos, se había puesto a trabajar en una panadería de la localidad. "Salía muy temprano de casa y nunca se paraba a hablar con nadie", han detallado.