Los familiares de Yéremi Vargas, el niño que desapareció de forma misteriosa en 2007 en Vecindario (Gran Canaria), se han mostrado dispuestos a perdonar a Antonio Ojeda, alias El Rubio, principal sospechoso de los hechos. Para ello, le reclaman que confiese de una vez dónde se deshizo del cuerpo del pequeño, al que quieren poder despedir para dar por concluido el “infierno” en el que viven.
Así lo han explicado la madre del niño, Ithaisa Suárez, y el abuelo, Francisco Suárez, en una rueda de prensa en la que, acompañados de su abogado, han deseado que Ojeda se vea superado por las circunstancias y una vez reabierta la causa confiese toda la historia que envuelve el caso, sin resolver desde hace 14 años.
Fe en la justicia
Los familiares han pedido a la autoridad judicial, delegada en el juez Juan Manuel Hermo, que ponga todos sus esfuerzos en poder “llegar a Yéremi”. En la misma línea, se han mostrado esperanzados ante la reapertura de la causa por parte del Juzgado Número 2 de San Bartolomé de Tirajana.
La madre del infante desaparecido ha asegurado “tener fe en la justicia”, al mismo tiempo que, tras 14 años de sufrimiento y sin poder saber qué pasó realmente con su hijo, ha explicado que acumulan mucho “cansancio”, que esperan que llegue a su fin.