El volcán Cumbre Vieja de La Palma da una tregua a la isla. Desde hace unas horas, ha dejado de emitir lava, ni humo y la población está expectante.

Los geólogos apuntan que esta situación puede deberse a tres causas: o bien se ha producido un tapón en el conducto o una recarga de magma. La otra opción, que ven menos probable debido a la actividad explosiva de estos días, es que se empiece a apagar de vuelta.

Tensión absoluta

La noticia ha pillado por sorpresa a los equipos de rescate y ayuda que están en la zona. Horas antes, la responsable de Cruz Roja de la zona, Lourdes Labrador, admitía que la situación les sobrepasa en muchas ocasiones.

“La incertidumbre nos está matando, sobre todo a los vecinos desalojados de sus casas”, confesaba a las cámaras de Telecinco este lunes. “Algunos vecinos se preguntan qué van a hacer porque saben que no tienen ya sus casas”, añade.

Balance

Pese a este nuevo silencio del volcán la situación es muy tensa. La ruptura de parte del cono del Cumbre Vieja dejó ir una colada más veloz que arrasó el campanario de Todoque. La actividad geológica es tan grande que también ha provocado desprendimientos de tierra en los acantilados situados en Tazacorte. Los vecinos pensaron por un momento que era la lava llegando al mar, pero eso aún no ha sucedido. Todo fue fruto del “estrés” geológico que sufre La Palma, apuntan los expertos.

El balance en la isla aporta cifras mayúsculas. Más de 6.000 personas han tenido que ser desalojadas y 210 hectáreas han sido sepultadas por el magma, entre ellas hay casas y campos de cultivo. Asimismo, debido al humo y la ceniza emitida se ha cancelado el tráfico aéreo y 16 carreteras han quedado arrasadas.