El hallazgo del cuerpo sin vida de Olivia durante la tarde del pasado jueves, 10 de junio, confirmaba el peor de los pronósticos: Tomás Gimeno asesinó a sus hijas y las tiró al mar.
Ahora, una semana después de ese trágico momento, las investigación ha dado a conocer las pistas que dejó el parricida de Tenerife y que alertaban de la terrible venganza que iba a ejecutar contra Beatriz Zimmerman, su exmujer y madre de las pequeñas.
Martes, 27 de abril
Mientras el buque con sónar continúa las labores de búsqueda del cuerpo de Anna y Tomás, la Guardia Civil sigue investigando qué fue lo que realmente sucedió durante la tarde del martes, 27 de abril. Esa misma noche, Gimeno mató a sus hijas y luego se suicido, aunque no sin antes dejar una serie de avisos.
Horas antes de cometer la terrible atrocidad, Tomás se despidió de sus padres con un abrazo, algo que llamó especialmente la atención de su progenitor, puesto que, según él, era raro que su hijo le abrazara. Acto seguido, el filicida también se despediría de quien era su actual pareja sentimental. La directora del centro infantil al que iba su primogénita los martes y los jueves por la tarde.
Despedidas
En este caso lo hizo con una carta y con un sobre que contenía 6.200 euros. Un dinero que, al parecer, fue extraído de su cuenta bancaria de la cual retiró la friolera de 70.000 euros, horas antes de que se le perdiera la pista. Asimismo, Tomás también se despidió de su exmujer y madre de las menores.
Una vez ya se había deshecho de los cadáveres de Anna y Olivia, el autor del crimen llamó a Beatriz hasta en tres ocasiones. En todas ellas afirmaba que no las volvería a ver. Unas conversaciones que ya se habían dado con anterioridad dado que tras su separación, el tinerfeño había advertido a su ex de fugarse a otro continente. Finalmente un último mensaje a su padre, a las 01:27horas, hora canaria, revelaba lo que tarde o temprano ocurriría: "Lo siento de verdad, lo siento por ti pero necesito esto. Por fin, estaré bien y como quiero", escribió el asesino antes de quitarse la vida.