Desde primera hora del pasado jueves 29 de abril, un amplio dispositivo de búsqueda trata de localizar por tierra, mar y aire a Tomás Gimeno y a sus dos hijas, Anna y Olivia. El hombre desapareció con ellas el martes 27 en Tenerife, y la última vez que lo vieron viajaba en solitario con su barco de recreo, hallado horas después vacío y a la deriva.
La madre de las menores, Beatriz, denunció que su expareja debía haber devuelto a las niñas el martes a las nueve de la noche, pero que el hombre llamó para avisarla de que no volvería a ver a ninguno de los tres el resto de su vida. Un mensaje que también envió a varias personas de su entorno más cercano, en tono de despedida. La Guardia Civil, desde el primer momento, considera el caso como una desaparición de alto riesgo, y tratan de descubrir si ha huido con ellas... o podríamos estar ante una tragedia mayor.
¿Sustracción parental y/o crimen?
Agentes de la Guardia Civil, Salvamento marítimo y el Grupo de emergencias y salvamento trabajan codo con codo para localizar a Anna y Olivia, dos niñas de uno y seis años, vistas por última vez junto a su padre. Las cámaras de seguridad de la Marina de Santa Cruz grabó cómo Tomás Gimeno, de 37 años, subió a su barco y zarpó solo después de cargar la embarcación de bolsos, maletas y bolsas de ropa.
Horas después lo localizaron vacío y a la deriva, pero con restos de sangre en la cubierta --analizan si es humana o animal-- entre otras pistas. También han hallado una sillita infantil para coches --maxicosi-- flotando en el mar, propiedad de la familia, y Salvamento marítimo ha hecho un llamamiento a todas las embarcaciones para que estén atentos si navegan por esa zona.
Las sospechas de la investigación
Por el momento, la investigación está abierta y no descartan ninguna hipótesis. Beatriz se quejó en diciembre, ante la Guardia Civil pero sin denuncia, de que su expareja la había amenazado verbalmente. Sin embargo, en una labor de seguimiento de oficio, en marzo dijo que el episodio no había vuelto a repetirse.
Todo el mundo se teme lo peor, pero las autoridades estudian si Tomás Gimeno ha fingido una escena para huir con sus hijas a un lugar desconocido. Y es que el desaparecido compró un cargador de móvil momentos antes de zarpar, al igual que, según La Razón, sacó "miles de euros" en efectivo para su fuga. Por ello, analizan si el padre trató de simular su intención de suicidarse para despistar a los agentes y esconderse con mayor facilidad. De hecho, barajan la posibilidad de que haya recibido ayuda de alguien que le auxiliara en mitad del mar.