La Policía Nacional ha localizado a una mujer, de 47 años, que llevaba recluida 18 años en su vivienda en Málaga y cuya desaparición había denunciado recientemente un tío suyo al no saber nada de ella desde hacía tiempo.
La hasta ahora desaparecida fue hallada sin musculatura en las piernas, ante la falta de actividad física, que le impedía caminar con normalidad. Y es que, no existen registros públicos que acrediten movimientos de ella en todo este tiempo.
Madre y hermana
La mujer convivía en el domicilio junto a su madre septuagenaria y una hermana de edad similar a ella. Ambas salían a la calle, pero poco, y tenían un comportamiento huidizo en el vecindario, según los agentes.
Nadie había reportado su desaparición hasta hace poco cuando un tío suyo acudió a una comisaría para reportar que llevaba casi dos décadas sin ver a su sobrina.
Investigación
El grupo de homicidios de la Policía emprendió su búsqueda por la zona donde residía la desaparecida. Los vecinos, confirmaron que sólo veían salir de su casa a la madre y a la hermana. E indagaron en su situación familiar.
Una funcionaria pública puso la pista sobre la madre, a quien le tramitó el cobro de la pensión de viudedad tras estar un año sin percibirla por falta de renovación de documentación, e incluso tramitarle la instalación de un contador tras un corte en el suministro del agua.
Orden judicial
Los agentes nunca consiguieron que la madre les dejara comprobar el estado de salud de su hija, por lo que consiguieron una orden judicial para entrar al domicilio ante la posibilidad de que estuviera grave. El Servicio Andaluz de Salud no tenía datos de que la desaparecida hubiera acudido el médico en 18 años.
Las moradoras de la víctima no permitieron entrar al inmueble a las fiestas del orden por lo que la policía tuvo que usar la fuerza para acceder a ella. Fue el pasado 29 de octubre.
Estado de la víctima
La desaparecida estaba en la casa. Confesó “espontáneamente estar confinada en la vivienda por propia voluntad". Por su parte, su madre y su hermana mostraban evidencias de un estado emocional alterado.
Tras la intervención policial y los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Málaga, presentes en la actuación, los tres miembros de la familia accedieron voluntariamente a su traslado a un hospital para recibir asistencia médica especializada.