Los avistamientos de tiburones cerca de las costas australianas son algo habitual, como también son frecuentes que cada cierto tiempo los escualos ataquen a algún bañista. Lo que resulta sorprendente es que un hombre la emprenda a puñetazos contra el animal.
Los hechos sucedieron en Puerto Macquarie en la costa norte de Nueva Gales del Sur (Australia). Chantelle Doyle estaba surfeando tranquilamente cuando, de repente, un tiburón blanco de tres metros la atacó.
Ataque
Su novio, Mark Rapley, quien estaba también en el agua surfeando, vio lo sucedido y sin ningún tipo de miedo se dirigió a salvar a su novia de las fauces del escualo. No contaba con ninguna arma, sólo su cuerpo.
El surfista nadó hasta allí y la emprendió a puñetazos contra el animal, al que le dio hasta 8 golpes. "Es como una pelota de músculos. Fue como golpear una pared de ladrillo", recuerda. Aun así, logró su cometido. El tiburón soltó la pierna de la chica y se fue.
Consecuencias
“Cuando ves en peligro a la madre de tu hijo, tu apoyo, todo lo que eres... simplemente reaccionas”, afirma Rapley emocionado ante las cámaras de televisión. Al llegar frente al tiburón asegura que “sorprendentemente empiezas a pensar donde darle y dices: ataca el ojo…”.
La técnica funcionó. Pese a la dura piel de los tiburones, éste soltó la pierna de Doyle y se fue. El hombre llevó a su novia a la orilla y le hizo un torniquete para detener el sangrado de la herida hasta que llegaron los servicios médicos. Ella está recuperándose en el hospital, a salvo y no tiene ningún rencor hacia el animal. “El tiburón estaba haciendo lo propio de su especie y ella no guarda ningún tipo de rencor”, confiesa el surfista.