Una joven de 22 años de Burgos, que fue sometida a varias sesiones de exorcismo cuando era menor entre 2013 y 2014, ha fallecido tras supuestamente haber ingerido pastillas. Así lo han confirmado fuentes sanitarias del hospital de Salamanca, donde ha tenido lugar el suceso.
El fallecimiento se produjo el pasado lunes, cuando la chica fue hallada inconsciente en la habitación de la residencia universitaria en la que vivía. Los servicios de emergencias la trasladaron hasta el hospital de Salamanca, aunque no se pudo hacer nada por salvar su vida.
El Arzobispado reconoció el exorcismo
En diciembre de 2014, el Arzobispado de Burgos recnoció que la joven, menor de edad por entonces, fue sometida a varias sesiones de exorcismo en Valladolid a instancias de sus padres a consecuencia de un intento de suicidio.
La institución eclesiástica aseguró entonces que el exorcista que realizó esa tarea había sido “legítimamente nombrado”. Esta práctica aparece reconocido en el Derecho Canónico y está concebida como un derecho de los fieles. En la nota del Arzobispado, se indicaba que habían hablado con los padres de la joven y aseguraban que la decisión de llevar a su hija al exorcista fue "bastante posterior a su intento de suicidio".
Denuncias de familiares
Estos hechos trascendieron a raíz de las denunicas de un grupo de familiares por las lesiones y secuelas que, según aseguraron, padecía la chica. Todo esto derivó en la apertura de un proceso judicial para determinar si existía un delito de lesiones.
El caso fue archivado en dos ocasiones, la primera por parte del Juzgado de Instrucción 2 de Burgos que investigaba la posible comisión de delitos de malos tratos físicos y psíquicos, amenazas, coacciones y contra la integridad moral cometidos presuntamente en el ámbito familiar por una profesora de Religión, un catequista, un sacerdote y los padres de la joven.
Caso archivado
Además, la joven renunció a las acciones civiles y penales y aportó un escrito en el que señalaba que en su declaración había puntualizado ciertos aspectos que no ocurrieron en la realidad. Un año más tarde, la Audiencia de Burgos revocó el archivo de la causa y ordenó nuevas pruebas para determinar si la chica retiró la denuncia voluntariamente o no.
Finalmente, en 2017 otro juzgado de Burgos volvió a sobreseer el caso ya que seguían sin existir indicios racionales de criminalidad suficientes de la comisión de los delitos imputados a los investigados tras realizar las diligencias de prueba ordenadas por la Audiencia Provincial.