Se duplica el número de ultras detenidos, cada vez menos violentos dentro y fuera de las gradas

Los ultras de fútbol vuelven a estar en el punto de mira de la policía, que el año pasado detuvo a 67 frente a los 28 de 2016. Solo en Madrid la policía calcula que 2.500 radicales acuden a las gradas, más pacíficamente que hace años, aunque acciones puntuales han propiciado que se duplicara el número de detenidos.

El reciente apuñalamiento de un joven en un bar cercano al estadio Wanda Metropolitano por parte de Ignacio Racionero, ultra del Atlético de Madrid, ha reavivado el debate sobre estos grupos violentos y la violencia en el fútbol. Especialmente traumático fue el asesinato del seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta en 1998, por el que precisamente Racionero fue detenido pero no condenado, y también el del más reciente seguidor del Deportivo de La Coruña Francisco Javier Romero "Jimmy", muerto en 2014.

Descenso de la violencia

En los últimos años se ha notado un descenso de la violencia de estos grupos, que se debe a diversos factores, entre ellos la vigilancia policial, la aplicación de la Ley del Deporte y por la decisión de diferentes clubes de no permitir la entrada a los ultras y no facilitarles la salida a encuentros cuando su equipo juega fuera.

De los 2.500 ultras identificados en Madrid, unos 500 son de los Ultra Sur, 800 de los Bukaneros (Rayo Vallecano) y el resto (1.200) del Frente Atlético y sus escisiones. Según el jefe de la sección especializa en radicalismos violentos de la Brigada Provincial de Información de Madrid, Ricardo González, los radicales del Atlético son los más numerosos y han protagonizado los sucesos más graves en los últimos años, pero los Bukaneros son los más activos en la calle y comprometidos ideológicamente.

Respecto a las detenciones, en los últimos años se han mantenido una media de unas 30 anuales, aunque en 2014 se disparó por la reyerta en la que murió Jimmy, llegando a 95.

Perfil de los ultras

No se puede hablar de un perfil definido del ultra, ya que unos se identifican con la ultraderecha (Ultra Sur y Frente Atlético) y otros con la ultraizquieda (Bukaneros), y de todos los grupos de edad.

De hecho, la Policía ha detectado que "hay muchos chavales jóvenes que están empezando ahora", pero también "que la vieja guardia está volviendo a retomar actividades relacionadas con estos grupos", relata el mando policial.

El trabajo de los agentes es "detectarlos, prevenir actos violentos y, en caso de que se produzcan, combatirlos", para lo que cuentan con una extenso listado de radicales. En los últimos años se ha identificado el rastreo de estas personas en las redes sociales.

"Aún así se puede hacer más, porque el apoyo fundamental de estos grupos ha procedido de los propios clubes", dice el inspector jefe, que recalca que "en la medida en la que podamos erradicar eso, van a perder fuerza, como de hecho lo están haciendo".

La Policía considera que los hinchas madrileños no son de los más peligrosos de la gradas españolas, siendo los Biris del Sevilla los más violentos.