El velatorio de Maradona termina como el rosario de la aurora

Graves incidentes en el velatorio de Maradona. La ceremonia fúnebre del futbolista argentino, fallecido ayer a los 60 años a causa de una parada cardiorrespiratoria, ha vivido momentos de tensión debido al ímpetu con que los seguidores del argentino han querido despedirse de su ídolo. Pese a que el Gobierno levantó las restricciones para permitir el último adiós al Pelusa, las cosas se han salido de madre en Buenos Aires.

Por petición expresa de la familia, la capilla ardiente ubicada en la Casa Rosada se ha cerrado al público a primera hora de la tarde. La clausura ha llegado antes de que todos los fans hubieran mostrado sus respetos ante el ferétro cubierto por la enseña albiceleste. Entonces es cuando ha empezado el follón.

Porrazos y gritos

Los aficionados más violentos han asaltado la sede del Gobierno, amenazando la seguridad del resto de ciudadanos e incluso la integridad del cadáver, que ha sido retirado por seguridad. De nada han servido las llamadas a la calma ni la rúa fúnebre que ha recorrido parte de la capital bonaerense.

La policía ha tenido que interrumpir la cola de llorosos futboleros antes de cerrar la sala que custodiaba los restos mortales del pibe. Eso no gustó a los hooligans. Como consecuencia, los antidisturbios tuvieron que emplearse a fondo para frenar la rabia de los adoradores de Maradona. Balas de goma, cañones de agua, porrazos y gritos. Así es como ha terminado, tristemente, la despedida a uno de los mitos del fútbol mundial.