Este es el feísimo vestido de Raquel Mosquera (que confundirás con un disfraz)

Tras un tiempo alejada de la pequeña pantalla, la experta en pelos y tijeras más conocida de nuestro país, Raquel Mosquera, vuelve a estar de rigurosa actualidad.

Una vuelta a la palestra que se debe, por un lado, a su participación en el programa de comida de Mediaset, Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition, y, por otro, a sus discretos y elegantes modelitos, de los que presume casi a diario. ¿Aún no los has visto?

Raquel Mosquera, ¿arreglada pero informal?

Como si de una broma de mal gusto se tratara. Así es como Raquel Mosquera se ha dejado fotografiar luciendo lo que ella se piensa que es un vestido que le queda como un guante, pero no. Hablamos de un traje, color azul claro, corto por delante y largo por detrás, con generoso escote en uve y mangas abullonadas. Un vestido hecho con todas las telas habidas y por haber, como si de un trabajo de patchwork se tratara, y con el que Mosquera parece que esté haciendo una oda a la versión más cañí de la Frozen.

Pero tranquilos porque aquí no acaba su look de infarto, y nunca mejor dicho. ¿Qué decir de su calzado? Unos zancos de altísimo tacón, que combinan el color azul claro y la madera y que le van, por lo menos, un par de tallas grandes. ¿Se tropezaría con ellos? ¿O era porque tenía los pies hinchados?

Las redes la hunden por “fea”

Ante tal festival de telas y tonos azules, sus seguidores en las redes sociales no han podido hacer otra cosa que ponerla de vuelta y media. “Horrible ese vestido”; “Ese vestido no te favorece en absoluto”; “Qué horror de vestido, no te favorece para nada”; “De qué vais vestidos?”; “¡¡¡Madre del amor hermoso!!! ¡¡¡Muy muy fuerte!!!”. Estos son algunos de los muchos comentarios con los que todos aquellos que la siguen han querido dejarle claro que, el tema vestir, no es lo suyo.

Aunque también ha habido quienes se han atrevido a sacar su parte más irónica, y se han reído en toda la cara de la Mosquera. “Qué guapa la Mosquera siempre”; “Me ganan con la ropa. Son muy originales y me encanta”; “Qué bella Raquel”; “Me chifla toda la ropa que llevas, es preciosa” o “Estás muy guapa, Raquel”. ¿Se habrá tomado la peluquera en serio estos comentarios? ¿O sabrá que son una broma pura y dura? Y, lo más importante de todo, ¿seguirá embutiéndose en tales despropósitos estilísticos?