La presentación de la última obra de Nao Albet y Marcel Borràs se hizo viral. En medio de la rueda de prensa de la presentación en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC) se hicieron algunos reproches y uno le acabó tirando un vaso de agua al otro con la directora de la institución, Carme Portaceli, allí en medio.
La escena se reprodujo en todos los telediarios y en redes sociales. ¿Realidad o teatro? De eso trata la autoficción De Nao Albet y Marcel Borràs que, tras arrasar en el TNC, pasa por el Temporada Alta y por el Festival de Otoño de Madrid este noviembre. Entonces, ¿la discusión fue tan real? Parece obvio que no.
En entrevista con Crónica Directo ambos actores, directores y dramaturgos expresan que hay de todo esto que se ha formado y que, en definitiva, es de lo que va la obra. ¿Cómo se encuentra esta amistad? ¿Es compatible con los egos? ¿Qué les depara el futuro cuando ya se han dicho de todo?
- En esta última obra lo han hecho todo: vestuario, iluminación, dramaturgia, sonido… ¿podemos decir que su nuevo espectáculo es puro ego, vanidad o es algo a lo que juegan?
- Nao Albet (N): Bueno, efectivamente, son un poco ambas cosas. Por un lado, queríamos atrevernos a intentar ver cómo nos desarrollábamos en otros departamentos artísticos que conforman una función de teatro. Ver si éramos capaces de hacer escenografía, vestuario... Pero, por otro lado, hay un poco de trampa, porque no hay escenografía, no hay vestuario, apenas hay iluminación… Entonces era también el juego de ego. Ver cómo funciona en este espacio en el que nos movemos, que es entre la realidad y la ficción, que cuesta vez dónde termina Nao y empieza el personaje. Porque nuestros personajes son tan ególatras que se creen que lo pueden firmar todo.
- ¿Por qué decidieron exponerse así?
- N: Por un lado, nos apetecía volver a hacer algo de autoficción, pero yendo fondo. Ir más a la esencia. No tanto que fuera un espectáculo introspectivo y hablar de nosotros. No queríamos quedarnos sólo en la superficie de que estos artistas a los que les pasan unas pericias y aventuras, sino que lo que nos apetecía exponerlo de forma introspectiva, psicológica.
- ¿Cuán fácil o difícil es? Porque se desnudan hasta literal en escena, o esa es la sensación que da
- N: Bueno, al principio no costó un poco, pero nos hicimos la idea de que el espectáculo iba de eso y que tenía sentido que así fuera. También invitamos a las personas que nos rodean, las familias o amigos que, de una forma más o menos directa, aparecen en la obra para sentirnos arropados. Porque decimos auténticas locuras sobre nosotros, que algunas son verdad y otras no, pero todo parten de una u otra forma de una verdad. Así que queríamos contar con ellos para que nos cuidaran un poco y nosotros cuidarlos a ellos.
- Eso es importante, porque ellos aparecen mucho. Y allí sí que sale cierto ego. ¿También las tensiones?
- N: Bueno, la obra parte, no sé si tanto de una necesidad como de una realidad que estaba sobre la mesa: nosotros llevamos años siendo una pareja física. Hemos tenido una relación muy profunda y muy heavy todo este tiempo, porque también somos grandes amigos. Entonces, efectivamente, todo esto, como en cualquier relación, ha aparecido, siempre hemos tenido algunas fricciones y con el tiempo es algo habitual. Eso es algo que sí nace de algo que nos rondaba por la cabeza: hablar sobre todos estos temas, porque creemos que son interesantes, complejos. En el fondo, hablamos de una relación profesional, pero también podrían ser relaciones laborales, amorosas, porque todos tenemos una psique y nos relacionamos con otros. Y al final, estamos apelando a cualquier tipo de relación humana, y cómo los egos, de repente, se las ingenian para sobrevivir.
- Hablando de sobrevivir. Tras la viral presentación y ver la obra uno no sabe si este dúo que ustedes forman va a continuar. ¿Ustedes lo tienen claro o simplemente es un juego promocional?
- A dúo: No. No lo tenemos claro.
- N: A ver, si realmente estuviéramos en las últimas y ya no nos soportáramos tanto como lo explicamos, probablemente no habríamos sido capaces de montar un espectáculo juntos. Por tanto, seguramente tan mal no están las cosas.
- ¿Podemos decir que hay esperanza, entonces?
- N: Sí, pero también a la vez, yo qué sé, nunca se sabe. Como pasa en todas las relaciones, ¿no? No sabes cuánto puede durar. Mira cuantas parejas dicen estar de puta y luego se han separado.
- Marcel Borràs (M): Esta respuesta no la tenemos clara ni nosotros. Mentiríamos si dijéramos una cosa u otra.
- Pues, por si acaso, hablemos un poco de su trayectoria hasta llegar hasta aquí. ¿Cómo se sienten a día de hoy? ¿Ha sido fácil llegar hasta dónde están? Porque siempre han parecido ir por libre, salirse de la norma.
- N: Tenemos la sensación de que siempre hemos podido hacer lo que hemos querido. Siempre hemos tenido el apoyo de productores o directores artísticos que nos han programado y esto es una suerte. Pero también nos lo hemos tenido que currar, nada ha venido gratis. Tuvimos la suerte de empezar muy jóvenes, pero enseguida ha habido mucha exigencia por nuestra parte y no ha sido sólo hacer lo que nos da la gana, sino que nos siempre nos lo hemos tomado muy en serio. Supongo que esto también ha dado sus frutos.
- ¿Y por qué tanto cambio y pruebas con los géneros: thriller, western, comedia de enredos…? ¿Les gustan los desafíos?
- M: Tenemos un poco esa máxima, la de intentar alejarnos de lo que ya hemos hecho o explorar algo aún más. Esto es buscado.
- ¿Cómo ven la situación teatral en estos 15 años?
- M: Siempre hay cosas interesantes.
- N: Pero mentiríamos si te dijéramos que nos encanta todo lo que hay en el panorama teatral o cultural. A veces también nos decepciona. Por suerte, al menos una vez al año hay algo que nos fascina.
Proyectos en mente
Sacar algo en claro de esta entrevista sobre el futuro de Nao Albet y Marcel Borràs es complicado, pero cabe añadir un dato. Ambos tienen todavía ideas en la cabeza, proyectos por hacer. Aseguran que les encantaría hacer una ópera. Algo que no suena tan descabellado si se conoce a este par.
Albet tiene su propia banda de música, es compositor y todo sería posible. Reconocen que no hablan de subirse al Teatre del Liceu, pero sí que la ópera les parece "poco explorado en el teatro" y que está "algo encorsetado". En definitiva, un aliciente perfecto para que esta pareja en pretendida disolución siga adelante. Y si no, siempre pueden hacer un Rey Lear. Quién sabe. "Ya veremos, todo esto son puras especulaciones", señalan. Igual que su separación. ¿Qué se cumplirá antes?