La soprano Begoña Alberdi lleva toda la vida dedicada a la música. Nacida en la ciudad de Barcelona, cursó sus estudios musicales en el Conservatorio de Música del Liceo. La cantante ha recorrido teatros de medio mundo y suma más de 270 funciones en el Gran Teatre del Liceu. Tras la cancelación de su concierto de Navidad por el Festival Mil·lenni, la artista ofrecerá un recital el próximo 23 de marzo en la Basílica de Santa María del Mar de Barcelona.
En una entrevista con Crónica Directo, la intérprete denuncia la complicada situación en España para crecer como artista: "En este país la cuestión de la cultura siempre es complicada [...] Hay un poco de dejadez, sobre todo con el tema artístico". "Cuando a un buen artista con talento se le dan recursos, a la larga, ese artista lo devuelve con creces. Aquí en España no tenemos esa visión todavía a largo plazo, con lo cual se nos escapan", añade Alberdi.
--Pregunta: ¿Qué va a ofrecer en su concierto del 23 de marzo?
--Respuesta: Este concierto se tendría que haber hecho el 23 de diciembre y tenía mucho contenido navideño, pero vamos a transformarlo para hacer otras cosas. Aun así, fuera del programa, cantaré las tres canciones que compuso Albert Guinovart para esta ocasión por respeto y agradecimiento. Ofreceré zarzuela, ópera y algún dúo seguramente con un tenor. Será una hora y cuarto de música que todo el mundo conoce, que he cantado durante la pandemia y que mucha gente me pide. Es un concierto para que todos disfruten y el lugar es espectacular.
--Actúa en la Basílica de Santa María del Mar, un lugar espectacular.
--Es el primer lugar en el que canté. Cuando yo tenía 17 años, que estaba en el conservatorio, el profesor me dijo que fuera a cantar la misa del gallo en Navidad. Cuando llegué allí, me di cuenta de que era la misa oficial de todos los conciertos. Fue la primera vez que canté en público y estaba muerta de miedo.
--Su último disco nació en pandemia y se lo dedicó a su marido fallecido, ¿interpretará esos temas?
--Sí, también haciendo honor a mi marido, que lo perdí hace dos años. Además, ese día me hace especial ilusión porque es el día que nos casamos. O sea que va a ser un concierto, fiesta, homenaje y recordatorio de un día inmensamente feliz.
--¿Cómo la recibe el público de Barcelona?
--Me recibe fenomenal. Tuve que cancelar porque estaba enferma y la gente decidió no devolver la entrada. La gente me quiere mucho. Es la primera vez que cancelaba un concierto porque han pasado muchas cosas en estos dos años. Ha muerto mi marido y he pasado una depresión tremenda.
--¿Cómo se encuentra?
--Todavía estoy saliendo de ella y ha sido muy duro. Han sido dos años muy estresantes, muy pesados, con muchísima medicación. Al final, se me pusieron muchas cosas delante y me desmayé. Hablé con el equipo del Festival Mil·lenni y decidimos pasarlo a otra fecha.
--Pasando a hablar de la ópera, ¿se encuentra en un buen momento la música clásica?
--Yo considero que sí. Todos queremos que las cosas sean aún mejores y haya más gente, pero también hay a tener en cuenta, que cada vez hay más propuestas. Antes había menos teatros y estaban siempre llenos, pero ahora hay muchos teatros, muchas propuestas y muchas líneas musicales que la gente sigue. Pero yo sigo viendo el teatro del Liceu lleno y eso es buena salud. Y veo jóvenes, que los jóvenes son el futuro. La ópera lleva más de 400 años de vida y puede tener crisis y altibajos, sobre todo porque es un espectáculo costoso, difícil y es una maquinaria muy grande, pero ahí está y todavía hay mucha gente que la quiere.
--Requiere mucha preparación y estudio.
--La ópera es la Fórmula 1 de la música, es lo más difícil que hay a la hora de cantar, por lo que es normal que haya menos cantantes de ópera que cantantes de otros estilos. Los que estamos somos personas que nos hemos preparado mucho porque requiere muchísimo esfuerzo, una perfección, una disciplina y una serie de requisitos que probablemente otros estilos musicales no requieren. Somos un poquito más especiales.
--Dice que ve jóvenes entre el público, pero ¿hay jóvenes interesándose por estudiar la música clásica?
--Yo estoy en contacto con conservatorios y doy clases en la Universidad de Girona, tengo mucho contacto con ellos, y hay muchísimos jóvenes. Lo que pasa es que algunos piensan que esto es Operación Triunfo. Cuando se dan cuenta de que esto es mucho más complicado, requiere muchos más años de estudio y perfeccionamiento vocal, algunos caen por el camino. Pero los pronósticos son buenos.
--En España ¿cree que le damos el cariño que merece?
--En este país la cuestión de la cultura siempre es complicada. Tú vas a otros países y cuidan mucho al estudiante, al que quiere llegar a hacer algo. Aquí, ya te lo montarás y, si llegas, estupendo. Hay un poco de dejadez, sobre todo con el tema artístico. No sé si hay manera, por más que intentamos, de que se equilibre con otras disciplinas, otros oficios. Tengo una alumna que está en Helsinki y allí les pagan las residencias y les hacen conciertos. O sea, les ayudan muchísimo. Eso hace que también tú puedas tener un recorrido. Cuando tú tienes que financiarlo todo, asumirlo todo, al final te cuesta mucho. Creo que faltan muchas ayudas en este nivel.
--¿Es todo falta de recursos?
--Sí, son recursos para las personas que realmente necesitan esa ayuda, tienen ese talento, lo demuestran y están dispuestos a esforzarse y a trabajar.
--Se ha recorrido escenarios de todo el mundo. ¿Nota diferencias?
--Yo he estado en Suiza y no tiene nada que ver. Hay países que aman la cultura, la aman de una manera real, no solo de boca. En Viena, en Suiza, incluso en Inglaterra, hay muchos programas para que la gente que no tiene recursos pueda seguir adelante. Cuando a un buen artista con talento se le dan recursos, a la larga ese artista lo devuelve con creces. Aquí en España no tenemos esa visión todavía a largo plazo, con lo cual se nos escapan, se nos van todos los talentos de todas las disciplinas y vamos perdiéndolos porque aquí no hay ayudas. Si una persona tiene que hacer una residencia o un máster y tiene que mantener una familia es imposible. Las condiciones que se dan aquí para que uno pueda seguir con su sueño, con el desarrollo de su talento, son difíciles. Talento puedes tenerlo, pero para que llegue a ser una realidad, necesitas muchos años, mucha capacidad para poder trabajar y no estar pensando en trabajar, estudiar y mantener la familia y mantenerte tú. Todo eso hace que el artista esté más colapsado.
--¿Limita el arte?
--Un artista puede estar un mes sin hacer nada porque en su cabeza está creando cosas, pero todavía no las puede plasmar. Y de repente en un mes hace cuatro obras. Cuando tú estás preparando la obra, en teoría no estás operativo, pero tú estás preparando esa obra. Aprenderse una ópera de memoria con todo lo que conlleva, la técnica, la capacidad, la perfección, lleva mucho tiempo y ese tiempo no trabajas, no cobras, nadie te lo reconoce. La gente tiene que trabajar para poder mantenerse mientras no canta.
--Después de tantos años en la música, todo ha cambiado mucho. ¿Cómo se va adaptando a las novedades?
--Yo soy una persona que toda la vida me he ido reciclando, adaptando y tengo capacidad de resiliencia, porque los tiempos cambian y es absurdo negarlo. Yo he ido poquito a poco metiéndome en el proceso de las redes sociales, en los adelantos tecnológicos, porque me encanta que el ser humano evolucione. La ópera es algo que, aunque puede moverse, seguirá siendo ópera toda la vida porque es la belleza que tiene. Que se junte con todo este mundo de tecnología es maravilloso porque nos da oportunidad de llevar la ópera muchísimo más lejos, a muchísimas más personas, y eso es muy bueno.
--¿Se puede innovar y experimentar en la ópera?
--Yo creo que hay obras que se prestan a la innovación, a descontextualizarlas. Hay obras que no, que son hechos reales, que pasan en un día determinado, y al descontextualizarlos lo único que se consigue es que el público no lo entienda. Todos los Wagner que hablan de valores, de principios, el amor, la fidelidad, la hostilidad, la lealtad, son absolutamente tratables en cualquier época de nuestra evolución humana. Pero si tú estás hablando de cuando Napoleón cayó en la guerra, es un día concreto y descontextualizarlo lleva a la confusión del espectador. Pero aun así se puede modificar sin perder la esencia.
--¿En qué trabajará este año?
--Acabo de presentar el disco y estoy haciendo un documental con TV3 sobre toda mi vida, mi recorrido, y todas esas vivencias que, sin tener ayudas, he tenido que sobrevivir a muchas cosas para poder labrarme un futuro. Será un ejemplo para la gente que abandona el camino porque es muy duro. El ejemplo de una persona que no lo ha abandonado creo que puede ayudar a otras personas a motivarse.