El mundo del jazz no se entiende sin Marcus Miller. El bajista ha trabajado con iconos del género como Miles Davis, Luther Vandross, David Sanborn y Aretha Franklin, entre muchos otros. Nacido en Brooklyn (Nueva York), el ganador de dos premios Grammy creció rodeado de música. En plena gira por su disco Laid Black, el artista pasará por el Teatro La Latina de Madrid el próximo lunes 11 de julio de 2022 a las 21.30h.
El músico confía en que el jazz podrá sobrevivir con el paso del tiempo a pesar de los cambios en la industria. "El jazz tiene esa capacidad de encontrar una manera de sobrevivir, de quedarse y cambiar lo suficiente como para seguir atrayendo gente", asegura en una entrevista con Crónica Directo. Eso sí, apuesta por la adaptación del género a nuevas sonoridades: "Estás tocando la música que escuchas en las calles, pero también estás tocando la tradición al mismo tiempo"
--Pregunta: Viene a Madrid de concierto después de muchos años, ¿cómo se siente?
--Respuesta: Estoy muy emocionado. Estoy tratando de recordar en qué año estuvimos allí por última vez, pero lo pasamos muy bien. Pude colaborar con algunos músicos españoles que son fantásticos y el público fue maravilloso, así que estoy muy emocionado de volver.
--¿Qué relación tiene con España?
--Toqué muchos años con Miles Davis y él amaba la música española. Si eres fan de Miles, al instante te conviertes en fan del flamenco. De hecho, trabajé en la banda sonora de una película en los años 80. La compañía pidió a Miles la banda sonora de la película, que se hacía en España, y él me llamó a mí para escribirla. La película se llamaba Siesta y me dio la oportunidad de explorar aún más el sonido español que es tan hermoso. Recuerdo que tenía problemas con una composición de esa película y llamé a Miles para contárselo. Me invitó a su casa mientras él hacía una fiesta, pero me metió en una habitación y me puso música española. Yo simplemente me senté allí y escuché durante unas dos o tres horas para inspirarme. Miles tenía una manera de inspirarte sin hacer demasiado trabajo. Yo escucho flamenco todo el tiempo en casa, a artistas como Carles Benavent y Josemi Carmona, y acabo de tocar en un disco de Vicente Amigo.
--¿Qué es lo que más le gusta de la música española?
--No creo que nadie en ninguna cultura haya desarrollado la guitarra como España con el flamenco. Quizá la guitarra tenga sus raíces en el norte de África, no estoy seguro, pero los españoles han cogido ese instrumento y lo han explotado por completo. No toco la guitarra, toco el bajo, pero sigue siendo la misma técnica. Todos los guitarristas se fijan en España para conocer todas las posibilidades del instrumento.
--La forma en la que tocamos la guitarra es diferente al resto del mundo...
--Es diferente, pero la técnica nunca está separada de la pasión y la emoción. Pueden enseñarte cómo tocar Bach, pero no pueden enseñarte cómo poner la emoción. Tienes que crecer con eso. Cuando estuve en España la última vez, fui con Josemi Carmona a un club donde su padre tocaba para nosotros. Ahí pude ver que este arte no es solo para una persona, se pasa de generación en generación. Los niños crecen y simplemente imitan a sus padres.
--¿Con quién actuará en España?
--Tendremos a Pepe Rivero y Ariel Bringuez, dos músicos cubanos. Como lo pasamos tan bien con la colaboración la última vez que estuve en Madrid, decidí continuar con la tradición. La música cubana es fantástica. Visité La Habana hace unos cinco años porque actué en el Día Internacional del Jazz, que se celebra todos los años el 30 de abril, y vimos que la cultura allí es similar a la de España en que los jóvenes músicos empiezan muy temprano y muchas veces sus padres ya son músicos. Me enamoré de eso, comencé a componer con influencia cubana, así que espero con ansias esta colaboración y continuarla.
--¿Se inspira con los viajes y la gira?
--Sí, fuimos al norte de África y tocamos con músicos gnawa en un gran festival de 30.000 personas. Muchos de ellos tocan un instrumento llamado gimbri que es como un antepasado del bajo. Tiene tres cuerdas, cuerdas de tripa de camello y cuerpo de piel de camello, y me enamoré de este instrumento. Me regalaron uno, me volví loco y hasta grabé con él. Siempre que viajamos, tratamos de mantener los ojos abiertos e intentar inspirarnos en lo que vemos para ver si podamos encontrar una manera de incorporarlo un poco a nuestro sonido.
--Tocará en concierto su disco 'Laid Black' de 2018, aunque las cosas han cambiado mucho en estos años.
--Absolutamente. Las cosas han cambiado y durante la pandemia y en la cuarentena escribí nuevas canciones. Cuando estemos en Madrid, tocaremos canciones de Laid Black, otras que la gente recuerde de hace años, pero también temas nuevos que he estado haciendo.
--¿Qué mensaje quería transmitir con 'Laid Black'?
--Había hecho un álbum antes de Laid Black llamado Afrodeezia y con ese disco decidí explorar mis raíces, la música de los negros de África occidental, el Caribe y el sur de Estados Unidos para seguir mi camino. Colaboramos con músicos de Senegal, de Mali, de Trinidad en el Caribe, y luego algunos músicos del sur de Estados Unidos. Cada uno representaba una parte del viaje de mis ancestros, y terminamos en la última canción que resumía todo un poco. Con Laid Black decidí que quería intentar hacer un álbum que reflejara el presente y escuchar influencias de hip hop, trap, R&B, funk, gospel... Creo que los dos discos van juntos y hablan de mi historia.
--¿Le inspiran las nuevas sonoridades?
--Sí, siempre encuentro formas de incorporar los nuevos sonidos a la música que hago. No quiero simplemente hacer un álbum de hip hop, pero me gustaría coger los elementos, particularmente el ritmo y los sonidos, y ver si puedo crear una fusión de jazz usando estas nuevas sonoridades que escuchamos en el calles.
--¿Se puede experimentar con un sonido tan concreto como el jazz?
--Puede ser específico si nos referimos a la música en la que la gente piensa cuando dices jazz. Pero es muy amplio. Tienes el jazz de los años 50, el de los 60, que era más protesta, sobre todo en Estados Unidos, porque eran tiempos muy turbulentos. Y luego el jazz a partir de los 70, que ya fue más experimental y ahí empezaron a usar instrumentos electrónicos. Yo vengo de los años 70 y 80, ya con la fusión, utilizando instrumentos electrónicos y tratando de mantener el espíritu del jazz, pero también tratando de llevarlo hacia adelante. Eso es lo que tratamos de hacer. No es fácil siempre, pero a veces se siente muy natural. Estás tocando lo que escuchas en las calles, pero también estás tocando la tradición al mismo tiempo.
--¿Puede sobrevivir el jazz con el paso del tiempo?
--Estuve preocupado durante un tiempo porque la gente parecía estar alejándose de él, pero acabamos de pasar dos semanas en Nueva York, tocando en el Blue Note, en una zona de Manhattan donde hay muchas universidades, y tuvimos tantos jóvenes en el público que realmente me animó. Estaban emocionados y creo que el jazz tiene esa capacidad de encontrar una manera de sobrevivir, de quedarse y cambiar lo suficiente como para seguir atrayendo gente. Hay razones para tener esperanza. Estamos en unos tiempos locos, pero el jazz sabe cambiar e incorporar cosas nuevas.
--Después de tantos años de carrera, ¿tiene alguna meta que alcanzar?
--Sí, seguir intentando que mi música evolucione. Tengo amigos que eran jugadores profesionales de baloncesto o de fútbol y, cuando tienes 35 años en el deporte, eres un viejo. La diferencia es que con la música puedes seguir. Mis héroes son personas como Herbie Hancock y Wayne Shorter, que tienen más de 80 años y siguen evolucionando.
--¿Cómo se mantiene ilusionado?
--Estuve en el aeropuerto hace dos días pasando por la aduana y el hombre que revisó mi pasaporte me preguntó: “¿A qué te dedicas?”. Yo dije: “Soy músico”. “¿Es ese tu verdadero trabajo? Debe ser tan increíble para ti hacer lo que amas y poder ganarte la vida con ello, poder mantenerte a ti y a tu familia”, respondió. Estaba casi un poco enfadado conmigo porque parecía que es algo que le hubiera gustado hacer. Escuchas a la gente decir cosas así y eso te inspira a continuar, aprovechar tu situación, tu buena suerte y tus capacidades.
--¿En qué está trabajando?
--Voy a hacer un nuevo álbum y espero tenerlo a principios del próximo año, tal vez en la primavera, y algunas de las canciones las tocaremos en los próximos conciertos. Estamos en un momento diferente donde los discos son geniales, pero la gente simplemente lanza canciones. Con un álbum puedes tener una historia, pero parece que mucha gente no quiere esperar hasta tener un álbum completo. Vamos a tratar de hacer una combinación de ambos conceptos: tener un par de sencillos y luego poner el álbum.