Este martes han finalizado los registros en la casa de Oscar, el principal sospechoso de la muerte de Esther López. Los investigadores de la Policía Judicial y la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil de Valladolid ponen el foco sobre el joven después de que fuera la última persona con quién estuvo la fallecida: en su domicilio se han hallado al menos 500 muestras de restos biológicos, que podrían pertenecer a ella.
También se ha encontrado una gota de sangre en el maletero de su coche y, además, el instituto armado ha localizado el rastro de la señal teléfono de la joven vallisoletana en su chalé una hora después de que dijera que la dejó en el cruce de La Maña. Según fuentes cercanas a la investigación, el hombre, que ha cambiado su declaración hasta en cuatro ocasiones, ha estado colaborando en los registros. Por el momento, continúa en libertad con cargos.
La principal hipotesis de la policía
Los investigadores mantienen con seguridad que Esther López murió atropellada, que no fue socorrida y que su cuerpo no estuvo en aquella cuneta desde el primer momento. La autopsia señala como principal causa del óbito un “politramautismo torácico abdominal con hemorragia interna profusa que causó un 'shock' hipovolémico”, una lesión que podría ser compatible con que la víctima hubiera sufrido un atropello mortal.
Los cuatro forenses del Instituto de Medicina Legal de Valladolid indicaron que el cadáver presentaba varias fracturas óseas y una luxación de cadera debido a un fuerte golpe. Asimismo, también ha trascendido que los facultativos identificaron varias heridas sangrantes.
A la espera de los resultados
De hecho, este sería el principal motivo por el que los agentes de criminalística, y los perros, han registrado durante cinco días el domicilio del sospechoso en búsqueda de datos de ADN que puedan confirmar que Esther estuvo en el inmueble. Las muestras halladas, así como diferentes partes del vehículo de Oscar, están siendo analizadas en Madrid.
Se analizan también las prendas que llevaba el sospechoso la noche del crimen. A pesar de que toda la ropa y el calzado habría sido lavado, igual que lo fue el interior del Volkswagen T-Roc, en la primera inspección, los investigadores apurarán las técnicas para encontrar cualquier rastro de las fibras que puedan relacionarle con el crimen.