Alejandro Parreño regresa a la industria musical por todo lo alto. El cantante y compositor valenciano es conocido por participar en la primera edición de Operación Triunfo. Tras su paso por el talent show, lanzó tres discos al mercado: Perdido en el paraíso (2002), con el que consigue dos discos de platino vendiendo más de 200.000 ejemplares, Me río (2003) y Nómada (2006), con la banda formada junto a su hermano Gonzalo Parreño y Pablo Torres.
El artista ya está trabajando en un nuevo álbum del que ya ha avanzado algunas canciones. A dos pasos es el quinto single de su próximo disco en solitario. Asimismo, Parreño celebra los 20 años en la industria y habla del impacto de OT en su vida. "Nos meten a todos en el mismo saco y, como vengo de OT con Nuria Fergó, David Bisbal y Bustamante. se creen que todos hacemos la misma música", desvela el cantante en una entrevista con Crónica Directo sobre las etiquetas que lo han perseguido a lo largo de los años.
--Pregunta: ¿Cómo vive los lanzamientos de canciones después de tantos años?
--Respuesta: Antes lo tradicional era sacar una canción o dos y ya sacar el disco, ahora sacamos single a single. También me parece bien porque tal y como están últimamente las cosas de la era digital, estamos en una cultura muy de usar y tirar. Siempre ha sido así, pero ahora más que nunca, entonces sacar single a single significa darle mucho cariño a cada canción y que la gente las valore más después de todo el trabajo
--¿Cómo surge ‘A dos pasos’?
--A dos pasos es un tema que compuse con un amigo mío, yo hice la música y él hizo la letra. Trata del magnetismo que hay entre dos almas o dos personas que se van entrelazando durante la vida.
--Es una balada, ¿es el género en el que se siente más cómodo?
--Yo soy muy meloso y la verdad es que se me da mejor componer canciones lentas, sobre todo cuando estoy jodido, cuando tengo una mala época o te viene la melancolía. Eso le pasa a muchos artistas, cuando estás más jodido es cuando te viene todo y lo escupes. No solo sirve para las letras, sino también para la música, evidentemente.
--Las canciones desde 2019 también tienen un recorrido estético y las portadas de los sencillos siguen una misma línea.
--Sí, es un trabajo que ha hecho fantástico mi amiga Sonia Soler. Con los puntitos, queríamos reflejar el título del disco, Infinito, y que fueran estrellitas, polvo, como si fuera todo muy bucólico, muy etéreo,. Siempre hay que cuidar estas cosas, tiene que tener todo importancia y que sea todo homogéneo para presentarlo.
--¿Qué etapa de su vida muestra el disco?
--Representa muchas etapas de mi vida. De hecho, hay temas que rescaté que compuse hará 10 años, otro lo compuse hace dos años, otro hace un año... Al final lo que me importa más es que sean buenas canciones. Tengo muchas hechas, evidentemente, pero he cogido las que más me llegaban a mí para que lleguen al público también, pero cada canción es una etapa, un momento.
--¿Habrá sorpresas a nivel de sonido?
--Se mantiene la esencia menos en un tema que es un poquito más guitarrero, con una base más rápida, incluso un poco dance en algunos momentos. Y luego también hay otro tema que es muy lentito y otro medio tiempo que compuse para mi hijo, pero realmente todos dentro de una misma una misma línea. Uno puede sonar más folk, otro pop, otro puede ser más a rock americano, pero todo es dentro de lo que me gusta hacer.
--¿Ha experimentado muchos cambios desde 2019 el disco?
--Ya estaba prácticamente bien cerradito, pero sí que es verdad que en algunos temas nos ha dado tiempo de hacer cambios.
--¿Cómo ha vivido que se haya pospuesto tanto el lanzamiento?
--Yo iba con toda la artillería, toda la ilusión del mundo. Mi último disco de estudio fue en 2006-2007, luego estaba haciendo conciertos, pero por varios motivos personales me retiré un poquito de la escena. Luego tuve a mi hijo también, que fue muy bonito y me dediqué a él, y fue en 2017 cuando empezamos a trabajar en este disco. Llegas a 2019 con toda la fuerza, con todas las ganas del mundo, haces un videoclip, lo preparas todo, y se te va todo al carajo. Muchos conciertos también se nos han caído, que ahí hemos perdido mucho dinero.
--¿Cómo le afectó la pandemia?
--La pandemia nos ha jodido mucho a las personas que somos muy sociales. Yo soy muy de piel y me gusta juntarme con los míos y disfrutar de salir. Ha sido un poco infierno para todos, pero vamos a ser positivos.
--¿Cómo vivió el parón?
--Yo creo que como todo el mundo. Realmente como algo espiritual, para valorar más la vida. Por desgracia también he pasado unos momentos complicados en esta pandemia porque se fue hace dos años mi hermana, hace unas semanas se fue mi madre también, y ha sido muy complicado en mi caso. He tenido que sobrellevar que no había trabajo; ahora aprovechas más el momento. Yo creo que nos ha servido a todos para valorar lo bien que estábamos antes. Cuando estamos mal todo el mundo se olvida de lo bien que en un pasado estábamos.
--Vivió una etapa musical como Nómada, ¿en qué punto se encuentra el grupo ahora?
--Realmente Nómada se formó en el 2006. Después de los dos discos que hice, tuve una temporada en la que realmente yo quería componer todo el disco junto con mi hermano y mi amigo Pablo, que era el teclista y arreglista; fue un trabajo de equipo, por lo que decidimos formar Nómada. Yo siempre había querido ese sonido porque me sentía una artista más de banda que solista, me gusta estar arropado por los músicos. Mi hermano también desgraciadamente faltó hace 10 años y yo quería en un principio continuar con el nombre de Nómada en memoria de mi hermano Gonzalo, pero me di cuenta de que soy yo y lo tengo que defender. Antes tenía sentido, pero ahora no. La gente se acuerda más de mi nombre, Alejandro Parreño, que el de Nómada.
--Hace unos meses se celebraron los 20 años de la primera edición de ‘Operación Triunfo’. ¿Cómo lo vivió?
--Realmente la celebración más grande que hicimos y que todos sentimos mucho fue la de los 15 años y el concierto de reencuentro. Televisión Española hizo un también un documental muy bonito y lo vivimos todos con una alegría, retrocedimos en el tiempo y te sentías joven. Estábamos todos y lo recuerdo con mucho más cariño que la del año pasado, que con la pandemia no se podía organizar nada grande y no fue tan especial.
--Rosa fue hace unas semanas al programa de Jordi Évole y desveló la cara más dura del ‘talent show’. ¿Lo vio?
--Sinceramente, yo no vi mucho el reportaje, luego me lo comentaron por encima. Cada uno lleva esto como ha podido. Evidentemente, la fama te da cosas buenas y malas, pero sí que es verdad que, en un programa como ese, donde te van rascando sobre tu vida, al final sale todo. Es como cuando vas al psicólogo. Aparte de eso, yo creo que lo lleva bastante bien. De hecho, yo hablo mucho con ella, en Halloween montamos una fiesta y yo la vi muy bien.
--¿Cómo vivió la experiencia personalmente?
--En mi caso, he tenido mis momentos también porque la fama es una cosa muy jodida. De hecho, a mí nunca me ha gustado la fama realmente. A mí me gusta el conocimiento, los conciertos, salir en televisión por trabajo. Ahora estoy mucho más tranquilo y feliz. No envidio a otros compañeros que están viajando de aquí para allá, por ejemplo, a David Bisbal lo quiero mucho, pero no envidio su vida para nada, me quedo con la mía. Estoy en mi tierra, con mi gente, con mi hijo. Por un concierto voy haga falta porque tengo que trabajar, pero no tanto lío, yo soy más de mi tierra. Estoy siempre muy agradecido de donde venido, no siento ninguna frustración de todo aquello, sino al contrario, agradecimiento porque trabajo lo que más me gusta.
--Después de 20 años de carrera, ¿cuáles son las mayores dificultades a las que uno se enfrenta actualmente en la industria?
--Son varias. Estamos en una era digital que por una parte está muy bien, porque da oportunidades a todo el mundo, es muy democrática, pero también hay mucho intrusismo laboral, mucha morralla musical. Hay muchas cosas que creo que deberían pasar un filtro porque con el ordenador se puede hacer de todo y te puedes poner la etiqueta. Con tanta oferta, es muy difícil destacar y promocionarse. Ahora mismo tampoco hay muchos programas de televisión para ir a tocar. Además, con lo que yo me he encontrado también es que está muy bien por un lado Operación Triunfo como trampolín, pero, por otra parte, siempre te ponen las etiquetas.
--¿Cómo le afecta?
--Puedo hacer una canción más indie que los propios indies, pero como soy Alejandro Parreño de Operación Triunfo no me van a escuchar de la misma manera. Las etiquetas te cierran puertas porque te juzgan de una manera que no es normal sin ni siquiera escuchar tu música. Nos meten a todos en el mismo saco y, como vengo de OT con Nuria Fergó, Bisbal y Bustamante. se creen que todos hacemos la misma música. Cada uno tiene una personalidad y una forma de hacer canciones y yo soy igual de músico que cualquier otro que está sonando muchísimo. Te dan rabia las etiquetas, pero ya son 20 años y estoy más que acostumbrado.
--Parece que con las nuevas ediciones eso no ocurre tanto.
--Eso es todo marketing. Antiguamente, todo el mundo renegaba de Operación Triunfo. Ahora tienen que juntarse muchos artistas para darse a conocer, pero eso ha pasado siempre. Por muy indie que seas, luego vas a cantar con Amaia o con Alfred. Todo es marketing para que todo el mundo se retroalimente, funcione su trabajo, se dé más a conocer y te den más publicidad.