Novak Djokovic pierde su batalla legal contra el Gobierno de Australia y será deportado en las próximas horas. El juez James Allsop ha desestimado el recurso de apelación presentado por la defensa de Nole y ratifica la decisión del ministro de Inmigración, Alex Hawke, al retirarle por segunda vez el visado el pasado viernes. Por medio de un comunicado, la oficina del ministro aseguró que la decisión se había tomado "por motivos de salud y buen orden, sobre la base de que era de interés público hacerlo".
Los argumentos del tenista y su equipo legal no han logrado convencer al presidente de la mesa del Tribunal Federal Australiano ni a los tres magistrados que han participado en la vista final: el serbio ha sido considerado una amenaza para la comunidad por no estar vacunado contra la Covid-19 y por mentir a Inmigración en su ingreso al país, el 5 de enero. La audiencia en la que se ha retirado el visado al serbio y que obliga su expulsión del territorio austral ha dado comienzo a las 9 de la mañana hora de Melbourne, ciudad en la que a partir de este lunes debía disputar el Abierto de Australia como número uno del mundo.
La acusación de la defensa de Djokovic al ministro de Inmigración
Tras darse a conocer el golpe final de Hawke, Nicholas Wood, portavoz del gabinete de la defensa de Novak, acusó al ministro de haber suspendido de nuevo el salvoconducto del deportista al haberse sentido intimidado por el “potencial sentimiento antivacunas” que crecería en el país si Djokovic se quedaba. Si bien el tenista ha permanecido bajo el punto del mira del Ejecutivo que lidera Scott Morrison desde el primer momento en que piso suelo australiano.
Nada más aterrizar en Melbourne, el deportista serbio fue retenido por las autoridades locales y enviado a un hotel para solicitantes de asilo. Las autoridades constataron que la exención médica que entregó para poder ingresar en el país presentaba ciertas irregularidades.
Las mentiras de Djokovic
En concreto, la documentación del serbio acreditaba que dio positivo por coronavirus el pasado 16 diciembre, algo que le eximia de la obligatoriedad de vacunarse contra la Covid-19, tal y como establece la política sanitaria de ingreso al país.
De hecho, el serbio admitió el 12 de enero que un miembro de su equipo falsificó la declaración de acceso en la que aseguraba que no había realizado ningún otro viaje al extranjero en los 14 días previos a su llegada al territorio austral. Asimismo, reconoció que no se aisló tras afirmar que dio positivo por segunda vez en Covid-19 hace poco más de un mes. Por si fuera poco, al parecer, la prueba del deportista presentaba un código QR que al ser escaneado revelaba que no había dado positivo sino negativo.