Anabel Pantoja ha dicho basta. A pocos días para su boda con Omar Sánchez no deja de ser acechada y preguntada por supuestos problemas que para ella no son tales pero por el que es machacada. Y ha explotado.
La colaboradora ha pospuesto ya en dos ocasiones la ceremonia a causa de la pandemia y, ahora que por fin la tiene a tocar, se siente juzgada y criticada por todos, entre ellos, sus compañeros de Sálvame.
Enfadada
Boicot ecologista, enfrentamientos con su padre, ausencias no deseadas y otras problemáticas como la de Bernardo e Isabel Pantoja no hacen más que poner palos a las ruedas en una fecha tan especial.
Molesta por encontrarse en el ojo del huracán, la diseñadora ha explotado este martes contra las cámaras que le han encontrado en plena calle. Malos modos, aspavientos y quejas constantes y subidas de tono han dejado a todos boquiabiertos.
Excusas
Acostumbrados al buen humor de Anabel, se ha mostrado de lo más irascible, dejando ver su peor cara. “Me podéis dejar tranquila, por favor”, le espetaba a los periodistas que la esperaban en un aparcamiento.
La excusa ha sido que estaba “hablando por teléfono”, pero lo cierto es que la tensión está a flor de piel. Y eso que ha pasado unas tranquilas vacaciones y acaba de disfrutar de su despedida de soltera en Doñana con amigas de Sevilla, entre las que se encontraban Raquel Bollo e Isa Pantoja.
Sin tregua
Pese a esos momentos de distensión, todo se ha ido a pique al salir a la luz unas imágenes de su padre en la playa en Cádiz, ya que ella dice que Bernardo no puede ir a su boda porque la celebra en una playa de difícil acceso de La Graciosa.
A esto se le suma la filtración de unos audios privados en el que se escucha a su progenitor intentar pactar a espaldas de su hija un reportaje fotográfico frente al mar el día de la boda, evidenciando que sus problemas de movilidad no habrían sido impedimento para acudir al enlace. ¿Acabarán los disgustos de Anabel?