Kiko Hernández ha perdido esta tarde la categoría de “intocable” en Sálvame. El colaborador ha sido acusado por una confidente, a la que ha tenido acceso el programa, de haber vendido a una amiga y de haber pactado una exclusiva con un fotógrafo.
Para contextualizar los hechos toca remontarse hasta el 29 de agosto de 2018. Ese día, Hernández se convierte en el protagonista de la portada de la revista cardíaca, Diez Minutos.
“Una amiga especial”
Según titula la publicación, el colaborador disfrutó de una velada con “una amiga especial” en un restaurante de San Sebastián de Los Reyes. Ahora, casi tres años después de ese momento, se le acusa de haber pactado con el fotógrafo y de cobrar a espaldas de su amiga, pero él lo niega todo.
De forma taxativa, el ex gran hermano arremetía contra la testigo del programa en el que trabaja: "¡Una mierda pa’ti”, le decía. No obstante, previo a ello, la entrevistada aseguraba que el colaborador “jugó sucio”: Hablaba de un pacto y una traición a su amiga: “Puedo confirmar que traicionó a una amiga suya vendiendo unas imágenes en las que estaban juntos”.
Nada nuevo
Según esta confidente, el televisivo habría avisado al lugar y habría preparado el encuentro: “Negoció y obtuvo dinero a espaldas de su amiga. Creo que es de justicia que se sepa”, acusaba.
En definitiva, una situación muy parecida a la vivida estos días previos con Gema López. La periodista era acusada de haber pactado y seleccionado los robados de los que es cada año protagonista en las playas de Mallorca.