El regreso de Isabel Pantoja a los escenarios es una realidad. La tonadillera más famosa de este país volvió a ser el centro de los focos durante la noche del sábado, 7 de agosto, en el festival Tio Pepe de Jerez de la Frontera (Andalucía).
Un recital, en el que tal y como se esperaba, estuvo marcado por la ausencia de sus dos retoños. No obstante, quien sí que hizo acto de presencia fue Anabel Pantoja, su sobrina y uno de sus mayores apoyos en el gran cisma que ha arrasado su familia.
La visita de Anabel
La colaboradora de Sálvame no se despegó ni un minuto de la artista y como una fan más, vibró con la música de su tía. Desde primera hora de la mañana, la influencer se dejaba ver por el interior del recinto mientras acompañaba a los técnicos que se encargaban de supervisar que todo estuviera a punto para la actuación.
Por si fuera poco, minutos después de terminar el concierto, la televisiva se colaba en el camerino de su tita para fundirse en un sentido abrazado que terminó con beso en la mejilla por parte de la tonadillera a su sobrina. Un momento que Anabel no dudó en compartir en las redes sociales y que en Telecinco ha sido interpretado como un nuevo dardo envenenado de la cantante a sus hijos.
Los dardos de Isabel a sus hijos
Y es que en estos últimos meses, todos y cada uno de los movimientos de la Pantoja son analizados con lupa. Una razón por la cual tampoco pasó desapercibido que la interprete adaptase las letras de sus canciones al momento personal que está viviendo: "Hoy quiero confesar que estoy ya muy cansada", cantó en lugar de "algo cansada" como reza la letra original del tema.
Sea como fuere, el espectáculo fue recibido con gran entusiasmo por el público que no pudo evitar levantarse de su asiento para aplaudir a su estrella. Así las cosas, con un espectacular vestido negro de corte sirena y escote palabra de honor, Isabel ofreció su primer concierto tras año y medio recluida en Cantora.