A las 15:12 horas de la tarde de este martes 20 de julio, el hombre más rico del mundo ha empezado su aventura espacial. Jeff Bezos, propietario de Amazon ha despegado desde Texas (Estados Unidos) rumbo al espacio a bordo de su propia nave, el Blue Origin, en un viaje de 10 minutos y 20 segundos.
Junto a Bezos viajaban su hermano Mark, Wally Funk, la astronauta de 82 años y exintegrante del Mercury 13; además de Oliver Daemen, un recién graduado de 18 años que ha sido el primer cliente del magnate en la carrera por el turismo espacial.
La cuarta plaza
Y es que el multimillonario adjudicó la plaza del cuarto integrante en una subasta que se celebró el pasado 12 de junio. Pese a pagar 28 millones de dólares por ella, su valedor, un hombre de identidad desconcodia, no ha podido asistir al primer vuelo por motivos de agenda.
No obstante, su lugar lo ha ocupado Olivier Daemen, hijo de Joes Daemen, fundador de una reconocida compañía de inversión holandesa, el cual también participó también en la puja. Así las cosas, Olivier se ha convertido en el astronauta más joven de la historia. Un hito que ha logrado a la temprana edad de 18 años.
Carrera espacial
Finalmete, diez minutos después, a las 15:22 hora española, los cuatro tripulantes han tomado tierra con éxito: el hombre más rico del mundo daba por terminada su primera aventura como astronauta. Cuanto a las especifidades del viaje, la New Shepard, primera nave de la compañía Blue Origin, ha alcanzado la altura de 106 km del suelo. Una altitud mediante la cual ha superado a Richard Branson, propietario de la aerolínea Virgin, quien en su primera viaje espacial, el 12 de julio, llegó a los 99,7 km de altitud.
Con todo, pese a experimentar la ingravidez al igual que Jeff y sus tres acompañantes, el empresario aeronáutico no se puede considerar un astronauta, puesto que para serlo debería de haber superado la línea de Kármán. Es decir, el límite en el que la Federación Aeronáutica Internacional señala que empieza el espacio, a 100 kilómetros de altitud.