Cantautor catalán nacido en Sabadell. Manel Navarro inició su andadura profesional en la música con su primer single Candle, que tuvo muy buena acogida entre el público y convirtió al artista en la joven promesa que representaría a España en Eurovisión en 2017. Y así fue.
Sin embargo, la experiencia no fue tan buena como se esperaba, y un error en su actuación lo puso en el centro de todas las críticas. No obstante, el cantante decidió tomárselo con humor. "Yo siempre he hecho broma de mi actuación", confiesa para Crónica Directo. Además, asegura que a día de hoy le da "buena sensación" y le "gusta" ver su actuación.
Manel Navarro vuelve a la música tras dos años sin sacar música y presenta su EP Cicatriz, un proyecto cocinado a fuego lento y que profundiza en la introspección de los peores años de la carrera del artista. Una etapa que él define como "oscura", ya que se juntaron varios factores que le complicaron los inicios de su carrera musical.
--Pregunta: ¿Por qué Cicatriz?
--Respuesta: El disco habla de la etapa oscura de Manel, de estar fuera del foco sin poder sacar música y del desamor que he vivido en primera persona. He querido reflejarlo todo en un EP bajo el nombre de Cicatriz, que creo que es una metáfora muy buena. Una cicatriz es cuando una herida ya está sanada y curada y eso es lo que representa. Siempre formará parte de mí y siempre lo llevaré, pero ya está superado.
--¿Le daba apuro abrirse tanto en canal?
--La verdad es que no. Yo siempre he escuchado música por lo que me transmitía y yo creo que, si en mi vida al final he pasado por esa etapa, está bien que lo exprese y lo dé a conocer.
--¿Por qué ha tardado tanto en sacar música?
--Ha sido por factores externos. El disco estaba previsto para el año pasado, pero en marzo llegó el Covid y nos encerró a todos sin poder hacer nada. Aparte, ya llevaba un año y medio de parón por temas contractuales y por otros hechos externos que no me dejaban sacar música.
--Después de tanto tiempo, ¿le daba miedo la vuelta?
--Tenía muchas ganas, pero también me daba respeto después de estar tanto tiempo parado. Pero estoy muy bien acompañado en el disco con todas las colaboraciones y entonces ha sido un proceso mucho más fácil.
--¿Por qué hay tantas colaboraciones en el álbum?
--Quería enseñar que la música no es una competición, que todos somos amigos que remamos hacia el mismo lugar y que nos alegramos de las alegrías de los otros. Además, después de estar dos años y pico parado, sacar un disco lleno de colaboraciones da mucha fuerza. Si todos esos artistas quieren formar parte del proyecto es que estaré haciendo las cosas bien.
--El disco es una introspección de tus peores momentos. ¿Qué le pasó?
--Me fui a Madrid con 20 años con toda la ilusión del mundo y me encontré que toda esa gente que estaba en un principio al 100% conmigo, de repente, desaparece. Vi que no podía sacar música, se acabó la relación más importante de mi vida hasta el momento, falleció mi perro... Se juntaron muchas cosas que hicieron que esta etapa fuera un poco oscura.
--¿Cómo fue esa etapa en Madrid?
--Al final no fue una decisión mía. Yo quería sacar música, pero no se podía. Fue una etapa dura porque estaba en Madrid, lejos de mis mejores amigos y mi familia. Yo estaba allí por si salía alguna cosa, pero no salía. Quería publicar canciones y no me dejaban. Ha sido la etapa más complicada que he atravesado desde que me dedico a la música.
--¿Ha recuperado la ilusión?
--La ilusión no la he perdido nunca. Estaba muy desanimado porque pensaba que si no sacaba música la gente se olvidaría de mí. Esa era la intranquilidad. De quien está se habla y de quien no está, no. Fue bastante complicado porque veía que el proyecto se iba hacia una dirección que yo no quería. Por suerte he tenido un grupo de gente que trabaja conmigo que ha seguido remando hasta ahora.
--Sin embargo, aunque ahora son todo baladas, el EP se convertirá en un álbum más animado.
--Sí. Cicatriz se convertirá en un álbum a finales de año que representará un poco más cómo me encuentro ahora mismo. Estoy feliz y viviendo una etapa muy buena tanto personal como laboral. Suelo hacer música de cómo me siento y de las cosas que me pasan. Ahora mismo solo hay un tema medio trapero y el resto son baladas. El single con Miki Núñez, ¿Qué tal?, es el más movido y precisamente por eso ha sido el último que hemos sacado, porque dará paso a todo lo que viene ahora.
--En el disco tiene dos canciones traducidas al catalán, ¿por qué?
--Yo compongo en castellano, pero fue un proceso muy bonito el hecho de adaptar esas dos canciones al idioma. Sobre todo, El comiat de la vida ha tenido una acogida brutal aquí en Cataluña. Esto me ha hecho ver que el catalán también existe y yo lo tenía un poco apartado a la hora de hacer canciones. A raíz de este tema, saqué el segundo, y obviamente habrá más canciones en catalán.
--¿Cómo recuerda Eurovisión?
--Sinceramente, muy bien. Siempre he dicho que fue uno de los mejores años de mi vida. Una experiencia única e inolvidable a la que guardo un gran recuerdo. Yo pienso en ese año y solo se me vienen a la cabeza buenos momentos. Estoy muy agradecido al festival.
--¿Cuál es la parte buena y la parte mala?
--La parte buena es la promoción que te da el festival. La parte mala es que al final cantas y tienes un resultado que te puede influir o no.
--¿Cómo se siente al ver tu actuación de Eurovisión?
--Ahora mismo, si te soy sincero, incluso me gusta. Lo veo y me da buena sensación. Si todavía hacen broma sobre el tema quiere decir que la gente no se olvida. Yo siempre he hecho broma de mi actuación. Solo había dos caminos, o ir hacia abajo, o hacer broma e intentar superarlo. Al final creo que estuve muy acertado de la decisión que tomé. Si hubiera renunciado igual ahora mismo me estaría arrepintiendo.
--¿Sintió prejuicios por parte de gente de la industria de la música para trabajar contigo tras Eurovisión?
--Sí, claro. Pero también lo entiendo. A día de hoy no. De hecho, estoy muy bien considerado y escribo canciones para otros artistas. Al final lo más fuerte fue la opinión pública. La industria siempre me ha apoya y ha mostrado interés.
--¿Cómo ha crecido Manel desde entonces?
--Ya han pasado cuatro años y creo que en cuanto a madurez personal he hecho un máster. Y profesionalmente también he mejorado mucho. Han sido cuatro años que he aprendido más a tocar la guitarra, canto mejor... Entonces llevaba solo dos años en la industria y ni siquiera había estudiado música.
--¿Qué le diría a Blas Cantó de cara a su candidatura este año?
--Yo no le puedo decir nada a Blas Cantó. Tiene un proyecto muy sólido y canta increíble. Lleva en la industria casi más años que yo vivo. He hablado con él y el tema que lleva lo siente, le gusta, va al 100% como es él. Ahora solo le queda es disfrutar. Lo único que podría decirle es que le quite importancia a todo. Eurovisión es muy grande, pero hay que aprender a relativizar. Lo bueno no es tan bueno y lo malo no es tan malo.
--¿Cree que existe algún patrón a la hora de ganar el festival?
--No. Yo fui con el prejuicio de que los votos ya están pactados y hay tongo. Pero justo el año que fui yo, ganó Portugal con una balada y el país no había ganado nunca. Nadie tiene ni idea y no hay una ciencia cierta. El tema de Blas, personalmente, me gusta porque soy muy de baladas. Yo creo que sacará una muy buena puntuación del jurado porque canta increíble. En cuanto al público, ya es cuestión de suerte. Si todos tuvieran la tecla, todo el mundo haría la canción perfecta para Eurovisión.
--A partir de ahora, ¿qué tipo de artista quiere ser?
--Obviamente quiero ser ese tipo de artistas que llenan estadios y hacen giras mundiales. Pero al final a mí me gustaría hacer carrera y hacer música desde hoy hasta el día que me muera. Ya sea en salas pequeñas o grandes. La música es mi vida y yo no me veo dedicando a otra cosa.