El actor y humorista Santi Rodríguez ha visitado el plató de El Hormiguero para promocionar sus dos giras: Como en casa de uno e Infarto, ¡No vayas a la luz!. A sus 55 años, el frutero de Siete vidas ha reaparecido en el programa de Pablo Motos con un peinado que le ha quitado muchos años de encima, sorprendiendo a los espectadores con su aspecto juvenil.
Y no es para menos, dado que el andaluz disfruta de la vida desde que volvió a nacer en 2017, cuando sufrió un infarto de miocardio. Esa experiencia lo inspiró para crear su último monólogo, un espectáculo que ha querido compartir con 150 ancianos de una residencia que llevaban todo un año sin salir del centro: “Si no cuidamos de nuestros mayores, esto no tiene sentido”, ha reflexionado el actor.
El homenaje del humorista a los ancianos
Pese al susto que le dio, el corazón de Santi Rodríguez es muy grande. Por eso quiso compartir su humor con "abuelitos vacunados" que llevaban un año sin salir de sus residencias. Una actuación que provocó "un atasco de andadores increíble en la entrada", ha bromeado el actor.
Recuperado totalmente del infarto, por el que aseguró que "mi tía y mi abuela me esperaban. Me fui y volví", su vida se centra ahora en hacer pasar un buen rato a los demás y en poner la atención total en su familia. El humorista lleva ya 20 años casado con su mujer, Vicky, y disfruta del amor de sus dos hijas, Victoria y Susana, con quien ha vivido aventuras muy divertidas que ha querido compartir con los espectadores de El Hormiguero.
Sus anécdotas en los viajes familiares
Santi Rodriguez ha aprovechado su visita para hacer un monólogo sobre viajar al extranjero. Según el actor, "salir fuera solo te sirve para conocer otras comidas, como el chimichurri". Una salsa que lo confundió, porque tiene un nombre que suena a cariñoso pero es muy fuerte: "Eché una meada en el Atlántico y subí la temperatura dos grados", ha bromeado el humorista.
También ha contado la anécdota que tuvo en Nueva York, donde su mujer quiso disfrutar de una misa gospel. Le costó encontrar una, pero finalmente entró a una iglesia de Harlem que tenía buena pinta. Pero para sorpresa de ellos, se metieron en una primera comunión celebrada en castellano que duró dos horas.
La experiencia paranormal de Santi Rodríguez
Pero el chiste de la noche se lo ha llevado la vivencia surrealista que tuvo en casa de un amigo, a quien tenía que cuidarle el gato. "Me fui a lavar las manos al baño y una voz me dijo 'qué haces'. Miré y vi la tapa abierta del váter, y pensé que la voz salía de ahí. Me estoy lavando las manos, le dije, y me respondió '¿tú estás tonto? Estate quieto ya, hombre'", ha contado entre risas el actor.
"Cogí una toallita y escuché 'coge más. Pilla un buen puñado'". Entonces, se asomó al váter y empezó a hablar con la voz a través de él. Por ello, el humorista llamó corriendo a su amigo y le dijo que se buscara a otro porque su casa tenía espíritus. Pero al día siguiente descubrió la verdad: estaban haciendo obras detrás de la pared.
El andaluz reconoció la voz que escuchaba en un albañil que estaba arreglado la tubería por la que se comunicaron. "Le dije a mi compañero 'oigo voces por el váter'... ¿eras tú?", le preguntó uno de los paletas. Un alivio enorme para Santi Rodriguez, que ha reconocido que estuvo "una semana sin dormir" del susto.