La fiscalía pide nueve meses de prisión para el futbolista Rubén Castro. El motivo de la petición ha sido que el actual jugador del Cartagena quebrantó una orden de alejamiento hacia su exnovia, dictada sobre él por un juzgado de Sevilla en el marco de una causa por maltrato.

Pese a que el exdelantero del Betis fue absuelto de los cargos en junio de 2017, los hechos ahora juzgados tuvieron lugar en el verano de 2014, cuando la orden estaba aún vigente. Al parecer, según el fiscal, Rubén Castro "se encontró" con su exnovia "en un local de ocio en la playa de Conil de la Frontera (Cádiz)" y "se acercó a ella" para mantener una conversación que duró un cuarto de hora.

Un testigo denunció el encuentro

Según recuerda la fiscalía, la orden de alejamiento dictada por el juzgado el 28 de mayo de 2013 estaría en vigor "hasta que recayera sentencia", algo que ocurrió cuatro años más tarde. Pero, en una "fecha no determinada" en el verano de 2014 ambos coincidieron en un chiringuito de Conil y Rubén Castro "se acercó a ella pese a tener conocimiento de la anterior prohibición y con total desprecio por la resolución judicial".

El futbolista Rubén Castro en su etapa como jugador del Betis / EP

El escrito asegura que el futbolista le pidió para hablar y ella se negó "en varias ocasiones", pero "al final" accedió y ambos "se sentaron a hablar durante aproximadamente 15 minutos". Para el ministerio público, estos hechos son constitutivos de un delito de quebrantamiento de medida cautelar, para el que el Código Penal establece penas de entre seis meses y un año de prisión. Y por ello, la fiscalía ha pedido para él nueve meses de cárcel.

El caso se cerró en 2017

El caso fue juzgado en marzo de 2017, cuando la fiscalía pedía cuatro de años de cárcel para el futbolista, mientras que la acusación particular llegó a solicitar ocho años. En junio de 2017, el magistrado absolvió al jugador al no considerar probado que emplease "la violencia como método de imposición y sometimiento de la voluntad" de la denunciante, con la que tuvo "continuos desencuentros y numerosas desavenencias y discusiones" en una relación sentimental "presidida por el conflicto".

El juez argumentó que ninguno de los presuntos episodios de maltrato denunciados por la mujer había quedado acreditado y afirmó que las cuatro declaraciones de la denunciante durante el proceso carecieron de "concordancia y coincidencia" e incurrieron en "contradicciones". Pero quedó pendiente investigar el presunto quebrantamiento de la orden de alejamiento después de que así lo solicitase la fiscal tras oír la declaración de un testigo.