El pasado miércoles por la noche, Joaquín Sabina, junto a su amigo y compañero, Joan Manuel Serrat, ofrecieron un concierto en el WiZink Center de Madrid en el marco de su gira No hay dos sin tres.
Un espectáculo musical, al que acudieron más de 12.000 personas, que estuvo marcado por un fatídico suceso. Y es que el compositor andaluz nacido en Úbeda fue víctima de fuerte caída del escenario, con la que tuvo que ser trasladado de urgencias al hospital.
Joaquín Sabina, operado con éxito
Tal y como se ha podido conocer, el amigo de Joan Manuel Serrat ha sido intervenido con éxito del grave hematoma intracraneal y del derrame cerebral, que los médicos le diagnosticaron a Sabina a los pocos minutos de ingresar al prestigioso centro médico de la capital, ubicado en la zona de Mirasierra.
Una complicada operación que ha empezado a primera hora del jueves 13 de febrero pero que ya ha finalizado. De hecho, tan bueno sería el pronóstico que los médicos estarían de lo más esperanzados con la salud del andaluz, puesto que el hematoma de su cerebro está localizado y en buen sitio. Eso sí, Sabina deberá permanecer hasta 48 en observación para ver como evoluciona.
La brutal caída de Joaquín Sabina
El miércoles 12 de febrero por la noche, a eso de las nueve, se hizo el silencio en el WiZink Center de Madrid. El motivo no fue otro que la aparatosa caída que sufrió Sabina en pleno espectáculo, tras ser deslumbrado por un foco.
Por este motivo, el cantante, quien la pasada noche cumplía 71 años, perdió el equilibrio y sufrió una caída desde una altura aproximada de más de un metro y medio. Acto seguido, los servicios de emergencia acudieron a su rescate y le diagnosticaron tres fisuras limpias sin desplazamiento en el hombro izquierdo. Sin embargo, a los pocos minutos, y después de subir de nuevo al escenario en silla de ruedas y empujado por Serrat, Sabina dijo: "Con todo el dolor de mi corazón me voy a ir al hospital porque me encuentro muy dolorido".