Parecía que nunca le iba a llegar su momento pero, finalmente, le ha llegado. Tras casi todo el verano colaborando en Sálvame, y exceptuando algún viaje exprés al Sur de España o a las Canarias, Anabel Pantoja se encuentra oficialmente de vacaciones.
Un descanso que está haciendo junto a su futuro marido, el profesor de windsurf canario, Omar Sánchez, al otro lado del charco. Y es que la pareja de prometidos está paseando su amor, y otras cosas, por las calles de La Habana, en Cuba.
Anabel Pantoja enseña más de la cuenta
Si por algo es conocida la capital de Cuba, además de por el encanto de su centro histórico y sus emblemáticos restaurantes, es por las altísimas temperaturas que se registran a lo largo de todo el año. Unas temperaturas que obligan a la sobrina de la tonadillera a pasearse de lo más fresquita por la capital, usando ropa muy ligerita y vaporosa para combatir el calor.
Unos conjuntos, y a juzgar por su última fotografía, que se pone sin sujetador porque, cuando una está de vacaciones, quiere sentirse cómoda, libre y relajada. El problema viene cuando te tomas varias instantáneas, embutida en un vestido con vertiginoso escote y sin nada debajo, porque puedes enseñar más de la cuenta. Y esto mismo es lo que le ha pasado a Anabel, quien, queriéndolo o no, ha presumido de pezón curioso y lo ha sacado a pasear por las calles de La Habana.
Los comentarios no se han hecho esperar
Tras publicar, en su cuenta de Instagram, varias fotografías, una de ellas con su pezón al aire, muchos han sido los seguidores de la televisiva que no han querido perder ocasión de dejarle un mensaje en sus redes sociales.
“Has colado un pezón en Instagram”; “Posas a lo Estela Reynolds con el pezón fuera”; “Ponte un sujetador, mujer”; “El pezón en la tercera foto es de arte”; “Se te ve el pezoncillo” o “En la última foto el sujetador no aguantó tanto peso y se le ve medio pezón”. Un sinfín de comentarios que se acumulan junto con la fotografía en la que la Pantoja presume de su pezón más travieso, y ahora también mediático. Sea como fuere, lo cierto es que, de momento, la estampa sigue ahí e Instagram no se la ha censurado. ¿Lo hará?