El polémico vídeo que recoge el supuesto enfrentamiento entre la reina Letizia con la emérita Doña Sofía, durante la misa de pascua en Palma de Mallorca, y todo lo que ha generado desde su publicación significaba un auténtico batacazo para la actual reina, que según su círculo más cercano se encontraba devastada. Sin embargo, Letizia ha sabido salir prácticamente reforzada de la crisis obligada a poner en práctica una nueva actitud

En su primera aparición tras la publicación de dicho vídeo, Letizia cumplía con los compromisos de su agenda del cinco de abril mostrando su mejor sonrisa, sin embargo podíamos notarla tensa, sin responder a las preguntas de los reporteros y dirigiéndose únicamente del coche a la entrada con paso firme y sin parar. A la salida del acto Letizia recibía los abucheos de parte de los presentes, que seguramente agravarían su mal estar. 

¿Obligación o decisión propia?

Pero como si de un golpe maestro se tratase Letizia decidía --o la obligaban-- a cambiar su actitud y volver a sus inicios y solo dos días después la veíamos visitando al rey Juan Carlos, que había sido operado de la rodilla, en compañía de Felipe y Doña Sofía apareciendo al fin juntas tras la polémica.

Letizia desplegó toda su amabilidad, abrió la puerta del coche a la emérita y vigiló con recelo que su suegra estuviera lo más a gusto posible, compartiendo muestras de cariño y complicidad.

Más cercana

Si en sus últimas apariciones la veíamos saludar con distancia desde varios metros de la valla que la separa de los más curiosos y eran muy pocas las ocasiones en las que se saltaba el protocolo, esta vez la hemos visto acercarse a todos los presentes, con los que no ha dudado en posar para hacerse varios selfies y saludar con cariño y simpatía a quienes la aclamaban, la mayoría de ellos jóvenes estudiantes.

Un cambio de actitud muy sencillo y con el que la reina consigue encantar y dejar muy buen sabor de boca a todos los presentes.