El carro para el paseo, la cuna, la trona para comer cuando ya se mantenga erguido, los pañales, los biberones... La llegada de un bebé a la familia, aparte de una inmensa alegría para todos en esa casa, trae consigo una serie de gastos extras para el cuidado de ese recién nacido. Y entre todos esos productos está la silla del coche para esos viajes en automóvil.
Un artículo que debe escogerse con sumo cuidado ya que la seguridad del más pequeño durante ese trayecto está en juego. De ahí que, además de que esa silla para el coche cumpla con una serie de requisitos y esté homologada como corresponde, sea importante conocer algunas recomendaciones previas a su compra.
Seguridad ante todo
Antes que escoger el modelo que más guste en cuestión de diseños, colores o materiales, lo primordial es que garantice unos estándares de calidad en materia de seguridad vial. Así pues, y tal y como recomiendan desde el RACE (Real Automóvil Club de España), hay que elegir una silla que sea segura y, si es posible, siga la normativa más reciente al respecto.
En este sentido y para que el niño viaje seguro lo mejor es que este sistema retención infantil en forma de asiento cuente con un buen sistema de fijación al vehículo: algo que se puede hacer mediante el cinturón de seguridad o a través de los anclajes Isofix que traen incorporados los vehículos más actuales del mercado.
Clasificación por edad y peso
Otro aspecto esencial a tener en cuenta es no olvidarse de la edad del menor y de su peso y es que no lo mismo un bebé de apenas un mes de vida que un niño que ya haya cumplido su primer año. Por eso es importante seguir la clasificación de las sillas infantiles en función de estos parámetros: el Grupo 0 hasta los 10 kilogramos y el Grupo 0+ que puede usarse hasta el que niño pese 13 kilos y que en ambos casos es obligatorio llevar en el sentido contrario a la marcha y el Grupo I aconsejable para llevar un menor que se encuentre entre los 9 y los 18 kg.
La clasificación de estos asientos para menores se cierra con el Grupo II, siempre y cuando el más joven de la familia no supere los 25 kilogramos, y que es similar a una silla con respaldo que va acoplada con el propio cinturón de seguridad del vehículo: y, finalmente, el Grupo III específico para niños de entre 22 y 36 kg. En este último ejemplo, los niños van en un cojín alzador y sujetos con el cinturón como es lógico. Un apunte: esta lista se refiere al peso del niño, pero suele venir de la mano de la altura media del mismo en cada una de sus etapas de crecimiento.
Confort y fácil instalación
Cumpliendo ya con la normativa vigente en materia de seguridad vial, ahora es el momento de elegir la silla (entre los modelos más adecuados como se ha visto anteriormente) que mejor se adapte al coche de cada uno y que resulte más cómoda para el niño según su complexión. Dentro del mismo grupo de sillas las hay más o menos amplias, por ello una buena idea cuando se acuda a la tienda es sentar al menor para comprobar si le resulta cómoda, si se puede reclinar, tiene espacio para que pueda colocar las piernas o si dispone de un cabezal envolvente que le proteja.
El último consejo es hacer caso de las recomendaciones del fabricante o del profesional del establecimiento para no perderse ni un detalle a la hora de instalar esta silla en la parte trasera del automóvil. Si es posible, mejor decantarse por un modelo que tenga anclaje Isofix ya que este es más sencillo de colocar y evitar así posibles errores que puedan suponer un riesgo en la carretera. Es más, este tipo de sillas suelen contar con un par de testigos de colores para verificar que la instalación se ha hecho de forma correcta.
Peligro en la carretera
Tal y como recuerdan desde la Dirección General de Tráfico, los padres son los responsables de velar por la seguridad de sus hijos en todos los aspectos de su corta vida; también cuando van en un coche. Y es que según la DGT los accidentes de tráfico son la primera causa de muerte entre aquellos menores que no hayan cumplido los 14 años. Unos siniestros en los que el 40% de los niños fallecidos en la carretera no llevaban el obligatorio sistema de protección.
No solo se trata de ponerse en la piel del peor desenlace, sino que estas sillas y sistemas de retención infantil reducen considerablemente los riesgos para el menor en caso de accidente de tráfico, además de evitar el 90% de las lesiones asociadas a esos golpes a gran velocidad.