Pese a estar de plena actualidad desde hace días, el drama que se vive en un país como Afganistán (todo un avispero político y humanitario) nunca ha sido ajeno para el mundo del cine. Y es que durante las últimas décadas se han dado forma a numerosas películas y documentales donde se ha reflejado con crudeza (en algunos casos con algo de esperanza) la realidad que viven los habitantes de un país dominado (ahora también) por el integrismo religioso de los talibanes.
Trabajos audiovisuales que se han realizado desde la perspectiva de cineastas extranjeros (en la mayoría de los casos desde un punto de vista bélico o de los ejércitos allí destinados) o bien desde la mirada conocedora de realizadores afganos que tuvieron que huir del país y exiliarse.
El drama afgano
Para entender qué ha sucedido y sucede en la actualidad en esta región de Oriente Medio hay que viajar hasta la década de los años 80 cuando la antigua Unión Soviética invadió el país dando lugar a una guerra que duró 14 años. Un conflicto armado que cuando acabó inició una época de inestabilidad política en el que empezaron a tomar protagonismo los talibanes, un grupo de guerrilleros combatientes por la yihad.
Todo el pueblo afgano se ha visto sometido a esta organización militar fundamentalista islámica, especialmente la población femenina. Y es que el régimen talibán aplica de forma muy estricta la Sharía o ley islámica sobre los derechos humanos de las mujeres hasta el punto de que, entre otras prohibiciones, no pueden trabajar fuera de casa, salir solas de sus viviendas si no es acompañada de un hombre, hablar en público, recibir educación o incluso asomarse a las ventanas o balcones de su hogar.