En nuestro país hay un tesoro natural que recorre más de 2.700 kilómetros. Se trata de las conocidas vías verdes. Senderos y caminos que se habilitaron sobre lo que en décadas atrás fueron vías ferroviarias para el transporte de productos, mercancías y personas y que ahora tejen todo el país en una especie de red verde en mitad de la naturaleza. Todo ello forma parte de un ambicioso programa de recuperación y desarrollo local, coordinado por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles.
Un plan de lo más apetecible no solo para estirar las piernas y practicar algo de ejercicio --andando o dando pedales a una bicicleta-- y que puede ser una estupenda opción para disfrutar tanto grandes como pequeños. Incluso en algunos tramos, estas vías verdes --en total son más de 120 en todo el territorio nacional-- están perfectamente acondicionadas y resultan accesibles para aquellos usuarios que cuenten con movilidad reducida. Esta es la selección por algunos de esos caminos situados en Cataluña y que pueden descubrirse una mañana primaveral de domingo.
V.V del Llobregat
En la provincia de Barcelona, a unos 100 kilómetros de la ciudad condal, se localiza esta vía verde que supera los 6 kilómetros en toda su extensión. Una distancia que no resulta complicada si un día se quiere hacer con niños --no demasiado pequeños, eso sí--. Como no podía ser de otra manera, este sendero sigue la estela del río Llobregat en lo que antaño fueron las huellas del ferrocarril que iba desde Manresa hasta Olván. Un itinerario que lleva al senderista hacia la época de las colonias industriales que había en la zona en el siglo XIX alrededor de las antiguas fábricas textiles del Berguedà.
Precisamente, ha sido el Consell Comarcal del Berguedà el encargado de impulsar y dar forma a esta vía verde natural que discurre con total tranquilidad en una pista de tierra desde la cual se pueden descubrir espacios naturales tan sorprendentes como las Gargantas del Llobregat o el pantano de Baells. Pero eso no es todo, a nivel arquitectónico y turístico, los usuarios que se decanten por esta ruta tendrán la oportunidad de contemplar la ermita de Sant Quirze de Pedret, toda una joya del románico catalán del siglo X, así como el puente gótico de Pedret que atraviesa el fluvial al que antes se ha hecho mención.
V.V. Val del Zafán - Baix Ebre
La siguiente ruta por una vía verde discurre por Tarragona. Más concretamente por lo que era la antigua fase del ferrocarril de La Val de Zafán. En total se trata de una vía verde de la que ya se han recuperado más de 100 kilómetros, aunque en esta etapa solo se harán 26 --solo aptos para los más valientes y preparados--. Todo un discurrir por una comarca como es la del Baix Ebre, capitaneada por la localidad de Tortosa, y que da forma a un mapa de contrastes entre paisajes de montaña con paisajes de mar.
La ruta elegida resulta muy completa, sobre todo a nivel del sentido de la vista y el disfrute, ya que permite adentrarse entre los impresionantes parajes montañosos que dan vida al Parque Natural de Els Ports hasta llegar, siguiendo la ruta natural del río Ebro, hasta el Parque Natural del Delta del Ebre. Un asfalto que puede recorrerse a pie, en bicicleta o incluso a lomos de un caballo para ir descubriendo diversos yacimientos arqueológicos en Benifallet, el balneario del antiguo monasterio carmelita del valle de Cardó, la playa fluvial y antigua estación de tren de Val de Zafán o el centro de interpretación del río Ebro.
V.V. Ferro i del Carbó
Última parada por un espacio natural. En este caso en Girona junto al río Ter en una zona que recorre varias comarcas desde las laderas del Pirineos hasta casi llegar a las inmediaciones de la bella Costa Brava. En total, unos 15 kilómetros de longitud que, incluso, se pueden hacer en algunos tramos patinando, además de ofrecer algunas zonas adaptadas para personas que van en sillas de ruedas.
Todo un plan natural por el valle del Ter y Sierra Caballera para admirar ejemplos de patrimonio cultural y arquitectónico de la zona como es el caso del monasterio de Santa María de Ripoll, el Museo Etnográfico de la localidad de Ripoll, el monasterio de Sant Joan, la iglesia de Sant Pol o el puente de estilo gótico de Sant Joan de les Abadesses.