Estas son las esculturas más importantes de Cataluña

Cataluña es una de las comunidades autónomas más activas a nivel cultural en toda España. A lo largo de las diferentes provincias que la componen, es posible encontrar diversos espacios públicos en los que disfrutar de una gran cantidad de esculturas realizadas por artistas que utilizan esta vertiente de la disciplina como forma de expresión. 

Un recorrido en busca de algunos de estos lugares, en los que el arte adquiere una nueva dimensión gracias a la belleza e impacto en algunos de los principales puntos de interés a nivel cultural de España. 

Golden Fish, Barcelona

De entre todas las provincias que componen la región catalana, Barcelona es una de las ciudades que concentra una mayor actividad artística. Un buen ejemplo de ello se encuentra en la escultura diseñada por uno de los arquitectos más famosos a nivel mundial, Frank Gehry, que también fue el encargado de la construcción del museo Guggenheim de Bilbao.

Golden Fish es la escultura que se sitúa junto a la torre Mapfre, en plena costa Barcelona. La obra de Gehry cuenta con unas dimensiones de 35 x 45 metros y el arquitecto la construyó con piedra, acero y cristal. El objetivo de esta pieza fue la de dotar a la ciudad de Barcelona de una nueva dimensión cultural, por medio de una renovación estética del paisaje de la capital catalana, con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992. 

Dona i Ocell, Barcelona

Tras la salida de la dictadura de los años 40, la ciudad de Barcelona vivió una gran cantidad de movimientos artísticos entre sus calles. Una de estas manifestaciones se tradujo en la obra Dona i Ocell, diseñada por el propio Joan Miró en el año 1983, inaugurada en ausencia del propio autor como consecuencia de su delicado estado de salud en aquella época. Meses más tarde, a la edad de 90 años, terminó falleciendo, convirtiéndose en su última gran obra. 

La obra se encuentra en el interior del estanque ubicado en la parte posterior del centro comercial Las Arenas, en Plaza España. Una de las señas de identidad de esta escultura es su amplia gama cromática, centrando toda la atención de sus visitantes. En la cima se puede presenciar la figura de un pájaro y de una mujer, representando la unión de la vida y de la muerte. Algunos estudiosos del arte también analizan esta figura como el momento de liberación de la ciudad hacia un nuevo régimen político. 

El gato del Raval

Ubicado en pleno corazón de la ciudad de Barcelona, en la Rambla del Raval, se encuentra una de las obras más conocidas del colombiano Fernando Botero. Se asentó en Barcelona en el año 1987 y, desde entonces, ha estado presente en multitud de ubicaciones. Hasta que fue el bario de El Raval el que terminó por adoptarlo de manera indefinida, en el mismo punto en el que se encuentra desde el año 2003.

El gato del Raval es una de las esculturas de la ciudad de Barcelona / Camille Hardy - CREATIVE COMMONS

Botero es famoso por el volumen de todas sus creaciones, como se puede apreciar en esta escultura, con unas medidas de siete metros de largo, dos de ancho y dos de alto. Está elaborado en su totalidad en cobre y actualmente es uno de los principales atractivos turísticos de este barrio. El ayuntamiento de Barcelona decidió esta ubicación con el objetivo de cambiar la percepción que se tenía de este barrio y convertirlo en uno de los epicentros del ámbito artístico que se reunía en el ámbito artístico.

Estatua de Josep Espasa i Anguera, Lleida

En la provincia de Lleida también es posible disfrutar de la importancia que el ámbito cultural ha tenido en algunos de sus principales rincones. Una de las esculturas más destacas es la estatua de Josep Espasa i Anguera, en la localidad de Pobla de Cérvoles, un municipio limítrofe con la ciudad de Tarragona. 

La escultura tiene como objetivo rendir homenaje a Josep Espasa i Anguera, creador de la Enciclopedia Espasa, con el objetivo de reconocer la importante labor que realizó en materia cultural. Se encuentra situada delante del Ecomuseo de ese mismo municipio y fue realizada por el escultor Miguel Ángel González.

A los defensores de Gerona el 1808 y 1809

Ubicada en la Plaza de la Independencia, la ciudad de Girona homenajea a través de una escultura a los combatientes de las guerras napoleónicas. La obra fue creada por el escultor Antoni Parera, durante la estancia que realizó en Roma.

Esta obra representa la figura del general Palafox, clave en la defensa de la ciudad de Zaragoza frente al frente napoleónico. El artista decidió exhibir su obra en una exposición de arte, en la que el senador de Girona Ferrán Puig decidió comprarla y cederla a la ciudad.