Los monasterios imprescindibles que debes visitar en Cataluña
Construidos entre los siglos XI y XIII, la región catalana tiene una gran congregación de estos edificios religiosos a lo largo de su extensión
22 octubre, 2019 14:15Estructuras duraderas, de gran tamaño, que se construyeron en la época transcurrida entre los Siglos XI y XIII. La mayoría de ellos tienen estilo románico, propio de la época, y ha sido precisamente el esmero a la hora de construirlos lo que ha provocado que hayan sido capaces de resistir al paso de los siglos sin, ni siquiera, haber tenido que restaurarlos.
Así son los monasterios de Cataluña. Una serie de construcciones capaces de desafiar al paso del tiempo y continuar llamando la atención de todo aquel que se cruza en su camino.
Sant Pere de Rodes
Pese a que no hay una fecha fijada de construcción, los diferentes escritos que hablan de este monasterio datan del año 879, aproximadamente. Del mismo modo que se desconoce a ciencia cierta el año en el que se construyó, tampoco está del todo claro quiénes fueron los encargados de llevar a cabo su levantamiento. La explicación que gana más fuerza es que fue orden por los monjes, cuya misión era proteger los restos de los santos. Sin embargo, no existe una teoría oficial al respecto.
Llama la atención porque contiene una mezcla de elementos románicos, carolingios y romanos. Una combinación de factores que provoca que nos encontramos ante un edificio repleto de belleza y simbología. Se construye sobre las colinas del Alt Empordà.
Santa Maria del Ripoll
Con una fecha de construcción que data del año 888 por el conde Wilfredo del Velloso, este monasterio tuvo un objetivo muy claro desde el comienzo: empezar a repoblar una zona de la ciudad que, inicialmente, había quedado completamente despoblada. Y con el objetivo de porporcionar una mayor importancia a la conquista, se decidió por llevar a cabo esta construcción.
Actualmente, en esta construcción podemos disfrutar de una sucesión de elementos góticos, barrocos y románicos capaces de llamar la atención de cualquiera. Además, en el claustro todavía quedan guardadas una gran cantidad de decoraciones originales, especialmente recomendable su visita para todos los amantes del arte y de la historia de nuestro país.
Sant Climent de Täull
Declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad por la UNESCO, nadie conoce con exactitud la fecha exacta en la que se llevó a cabo su construcción. Sin embargo, sí que es cierto que su estructura basílística es una de las que más atención ha generado entre todos los estudiosos de la historia de la arquitectura en nuestro país.
En su interior se concentran una gran cantidad de murales y diferentes detalles que provocan la admiración de todos los allí presentes.
Santa Maria del Poblet
Fundado en el año 1151 en un terreno que había sido conquistado por los moros. Fue el rey Jaime I de Aragón el que decidió utilizar este monasterio para albergar los restos de los miembros de la Corona de Aragón. Forma parte de un triángulo cisterciense de tres monasterios que perteneció a la orcen benedictina en 1908.
Inicialmente, este monasterio estaba inmerso en un recinto compuesto por tres edificios más. Cada uno de ellos diseñado siguiendo las pautas del estilo románico y gótico. En el año 1452 se añadió, a este complejo, una capilla gótica dedicada a San Jorge.
Monasterio de Sant Cugat del Vallés
El monasterio que se encuentra ubicado en la localidad de Sant Cugat del Vallés es, casi con total seguridad, uno de los monasterios con mayor relevancia para el pueblo catalán. Si hay que destacar un aspecto que lo haya convertido en uno de los espacios con mayor relevancia es, sin duda, el claustro interior. Repleto de obras que representan a la perfección la cultura catalana.
Este edificio es famoso por, además, concentrar todos los elementos de las tres épocas que marcaron la corriente románica, como el campanario, la cabecera y el claustro.
Monasterio de Santa Anna
Muy diferente a todos los mencionados con anterioridad, el monasterio de Santa Ana bien merece la pena una visita. Especialmente como consecuencia de su cercanía con el centro de la Ciudad Condal.
Uno de los aspectos que más destaca es su iglesia, de estructura románica aunque con toques góticos en su cubierta. Encontrar la paz en el centro de Barcelona es posible gracias a este lugar, situado en pleno corazón de la capital catalana.