Un teléfono rojo, aparato necesario para la telefonía

Un teléfono rojo, aparato necesario para la telefonía

Curiosidades

De las centralitas a la nube: así ha evolucionado la telefonía

La tecnología ha hecho posible una serie de cambios en la comunicación que va desde la intervención manual de las telefonistas hasta las videoconferencias

13 septiembre, 2019 13:52

A principios de agosto se estrenaba en la plataforma de series en streaming Netflix la nueva temporada de Las chicas del cable. Una serie que podría considerarse de época y que cuenta con elementos tecnológicos que ahora parecen impensables.

Pero no hace tanto que las conversaciones telefónicas tenían que ser asistidas por personas --sobre todo, mujeres-- que conectaban (literalmente) a una persona con otra. Estas telefonistas son las protagonistas de la serie y así es como han cambiado en estos año.

Centralitas manuales

Tras la invención del teléfono y la primera llamada telefónica de la historia, realizada en 1876 a cargo de Alexander Graham Bell, el negocio telefónico no dejó de expandirse por todo el mundo. Poco tiempo después, se ponían en marcha las primeras centralitas manuales, propiedad de las recién creadas compañías telefónicas estatales, que eran operadas por hombres en un principio.

La tendencia cambió rápidamente y las mujeres comenzaron a conquistar este sector en el que conectaban de forma manual las llamadas, introduciendo las tomas en las clavijas para permitir la comunicación entre los interlocutores. Esto provocaba una curiosa situación, ya que, a mayor distancia de la llamada, más conexiones eran necesarias entre distintas centralitas, lo que generaba una demora hasta que sonaba el teléfono del destinatario.

Centralitas automáticas

El siguiente giro de la historia tiene de nuevo un componente curioso y de mucho ingenio. Sucedió a finales de 1889, cuando el propietario de una empresa de pompas fúnebres descubrió que las operadoras estaban desviando llamadas a su principal competidor en el negocio.

En lugar de quejarse, su solución fue inventar un aparato que no requiriese de la intervención de las centralitas, desarrollando el conmutador Strowger y dando inicio a la era de las llamadas directas entre particulares o, en este caso, entre los dignos propietarios de un teléfono de la época.

España, años 20

En el caso de España, tal y como narra la serie ambientada en el año 1928 en Madrid, no sería hasta esta época cuando el teléfono tendría relevancia real entre la población. Es entonces cuando las cuatro mujeres protagonistas, en busca de independencia, comienzan a trabajar como operadoras en una compañía telefónica.

Trailer de la cuarta temporada de 'Las chicas del cable' / YOUTUBE

La cuarta temporada de esta producción española retrata la realidad de un oficio en auge a finales de los años veinte y que nada tiene que ver con cómo se desarrolla en la actualidad. De hecho, en lo que respecta a España, la primera centralita manual de la que se tiene constancia se estableció en 1877 en La Habana, Cuba, territorio español en aquellos momentos.

La era de Internet

El teléfono --esto es, el aparato en sí-- se mantuvo prácticamente igual hasta finales de siglo. Sería en 1995 cuando la compañía VocalTec crea el primer servicio telefónico basado en VoIP (Voice over Internet Protocol) o lo que es lo mismo, llamadas de voz bajo un protocolo de internet.

Esta tecnología permitía realizar llamadas con el ordenador y abría un camino que después seguirían servicios como Skype, o, más recientemente, aplicaciones como Telegram o WhatsApp, que permiten realizar videollamadas desde el ordenador o móvil.

El futuro está en la nube

¿Cuál será la próxima revolución telefónica? Para el operador de telefonía masvoz, “el futuro está en las centralitas virtuales y el cloud computing, que han dado lugar al concepto de telefonía inteligente”, tal y como explica Santi Vernet, CCO de la compañía.

El futuro de la telefonía es un escenario donde “no solo importa la capacidad de realizar llamadas de forma sencilla”. Ahora las empresas valoran más “un ecosistema de servicios que dotan de valor a las comunicaciones”, afirma.