Pagar con tarjeta de crédito tiene sus riesgos: la otra cara de las transacciones 'contactless'
El Banco de España lanza una serie de recomendaciones para evitar estafas en la modalidad de pago "sin contacto"
2 diciembre, 2021 10:13"¿Quieres copia?" Seguramente es la frase que más escuchan todas aquellas personas que efectúan los pagos de sus compras con la tarjeta de crédito o débito, muchas veces por la fácil operativa contactless. Una modalidad en auge en estos tiempos de pandemia, no exenta de riesgos.
De hecho, según el último estudio de MasterCard, el 66% de los españoles utiliza el método “sin contacto” para resolver sus transacciones. Una operativa que simplifica el procedimiento y por el cual muchas veces no se suele pedir copia o comprobante.
Recomendaciones
Con todo, el Banco de España ha lanzado una serie de recomendaciones a los clientes para que no sufran estafas a través de los pagos en los que no es necesario introducir la tarjeta en el dispositivo TPV, más conocido popularmente como datáfono. La institución financiera recomienda en primer lugar revisar siempre la cuantía de dinero que figura en la pantalla del datáfono antes de proceder al pago.
Además, aconseja comprobar si el cargo que figura en el resguardo de compra coincide con el cargado en la tarjeta. En tercer lugar está el verificar los cargos de la tarjeta para controlar de forma periódica los gastos que realizas.
Transacciones a través de soportes físicos y digitales
Como última opción se recomienda ver si existe la posibilidad de que se active una notificación vía SMS o a través de la aplicación de la banca electrónica en el móvil cada vez que se efectúe un cobro. Una opción también sostenible con la que se contribuye al ahorro de papel y con la que se podrá conocer al instante la operación efectuada.
Si bien el estudio también revela que, hoy, el principal soporte para llevar a cabo las transacciones “sin contacto” son las tarjetas. De hecho, dos terceras partes de estos pagos se realizan a través ellas. No obstante, las aplicaciones para teléfonos móviles, tabletas o dispositivos inteligentes de las propias entidades financieras ganan terreno y se sitúan ya en el 33 por ciento, restante.