Más de 260 millones de niños no van a la escuela
La ONG Entreculturas lanza el proyecto 'La Silla Roja' para tomar conciencia de la alarmante situación de los niños en los países pobres
3 octubre, 2019 16:21La educación representa un elemento crucial para el desarrollo de la vida de una persona. Gran parte de niños y niñas logran tener un buen acceso a la misma, ya bien sea por el lugar que han nacido o por la situación económica de las familias. La dura realidad se percibe al conocer la cantidad de jóvenes que no pueden gozar de un aprendizaje en condiciones normales.
Y es que más de 262 millones de niños y niñas no acuden a la escuela y por tanto no ejercen su derecho a la educación. La Silla Roja, un proyecto impulsado por la ONG Entreculturas, lucha en más de 37 países por conseguir la educación para aquellos niños y niñas que se encuentran en situación de refugio, pobreza o exclusión y hasta incluso violencia.
Las niñas, las más perjudicadas
De la anterior cifra de jóvenes que no acuden a la escuela, 64 millones deberían estar realizando la educación primaria, siendo más de la mitad niñas. El género femenino se encuentra inmerso en una situación de doble discriminación ya que no gozan de las mismas oportunidades. La ONG, con la colaboración de la Federación Fe y Alegría, lanzaron una campaña titulada La Luz de las Niñas para concienciar sobre el tema.
Con este plan se pretende proteger a todas aquellas niñas que por diversos motivos quedan apartadas y excluidas de sus derechos como personas. En algunos países, a una temprana edad, muchas de ellas son acosadas, agredidas e incluso responsabilizadas de las tareas familiares y del hogar. Estas situaciones las privan del acceso educativo y la permanencia escolar.
Una silla por la educación
Desde su nacimiento en 2012, La Silla Roja se ha constituido como un emblema del derecho a la educación para todas las personas. En países como Uruguay o Estados Unidos cuentan con centros educativos donde se trabaja por la educación.
La acción de pintar una silla de color rojo se ha convertido en un símbolo por la educación. En algunos lugares de Perú y Chad, niños y niñas colorean la silla para tener más que presentes a todas aquellas personas que no pueden acudir a la escuela.