En Cataluña tenemos una dicotomía evidente: tal como sucede en territorios como Galicia o el País Vasco, coexisten dos lenguas al mismo tiempo con el castellano y el catalán. Esto produce algunos castellanismos en el catalán y catalanismos en el catalán.
En el catalán, encontramos un gran número de palabras que pueden impresionar a los no catalanoparlantes, ya sea por la rareza de su significado o incluso por la rareza de su morfología: en este artículo te traemos una de esas que chocan por su formación.
Se trata de la palabra ‘quòniam’, que en latín significa ‘porque’ y que en catalán comenzó a usarse para referirse a una persona que empezaba a hablar sin tener un argumento construido o preparado. De hecho, el escritor Enric Gomà sostiene que el insulto nació de los estudiantes universitarios que aprendían latín entre los siglos XVI y XIX y que tiene derivaciones locales como tros de cònia (o incluso còniam).
A raíz de esta palabra, de hecho, surge la expresión de ‘tros de quòniam’: difundida por Ventalló, significa tarugo o necio en su traducción al castellano. Pese a que no se usa con tanta frecuencia en el día a día, la podemos encontrar en algunas obras literarias o cómics como, por ejemplo, Tintín.
Otras palabras intraducibles al castellano
Como sucede con tros de quòniam, el catalán cuenta otras expresiones que no tienen una traducción al castellano y son únicas en Cataluña. A continuación te ponemos algunos ejemplos:
- Rauxa: su definición vendría a ser “actuar por impulso, de forma irracional”. Es todo lo contrario a “seny”, que hace referencia a la sensatez.
- Déu n'hi do: se trata de una de las coletillas más extendidas entre la población catalana y viene a ser algo así como “Hay que ver”. Denota sorpresa o admiración por algo o alguien. La traducción literal al castellano sería: “Dios le dé”.
- Pixapins: término que utiliza la gente de fuera de Barcelona para referirse a los barceloneses de forma despectiva cuando salen de la ciudad. Su definición popular es la siguiente: “Persona de ciudad que acude al campo los fines de semana o en vacaciones”.
- Bufar i fer ampolles: expresión que se usa para argumentar que una tarea es sencilla de hacer y su traducción al pie de la letra sería “Soplar y hacer botellas”.
- “Fer el préssec”: “Hacer el melocotón”, que vendría a ser algo así como “hacer el primo” en castellano.
- Bocamoll: esta palabra se usa para definir a alguien que habla de más y suele equivocarse al hacerlo. La expresión castellana que más se acerca a la definición sería, por ejemplo, bocazas.
- “Les coses clares i la xocolata espessa”: “Las cosas claras y el chocolate espeso”, una expresión en la que nos referimos a que tenemos que ser claros y sinceros con las afirmaciones.
- “Tenir pebrots”: “Tener pimientos”, que habla de la valentía a la hora de hacer o decir algo.
- “Tallar el bacallà”: “Cortar el bacalao”, que hace referencia a la autoridad de una determinada persona en un determinado contexto.
- “Qui vulgui peix, que es mulli el cul”: “Quien quiera pez, que se moje el culo”, que podría asociarse a “quien algo quiere, algo le cuesta” en castellano.
- “Qui matina fa farina”: “Quien madruga, hace harina”, que podría asociarse como “a quien madruga, Dios le ayuda” tan típico en el refranero español.