El modernismo catalán, un movimiento artístico que ha perdurado a lo largo de un siglo, encuentra su máxima expresión Antoni Gaudí. El catalán erigió grandes obras de arte para nobles, pero también trabajó para los empleados.
Buena prueba de ello se ve en obra que se encuentra a las puertas de Barcelona, en las orillas del río Llobregat. Un encargo de los Güell que pudieron disfrutar los trabajadores. Un idílico rincón, un conjunto modernista bajo el nombre de Colonia Güell.
Origen y leyenda
En el siglo XIX y principios del XX, Cataluña se convirtió en el epicentro del modernismo, una era marcada por la expansión industrial y revoluciones sociales. La Colonia Güell, conocida como la cuna modernista de Barcelona, fue referente del auge industrial y, en la actualidad, es testimonio de este esplendor artístico.
Sus calles, viviendas, locales comerciales y espacios culturales reflejan la magnificencia de esta expresión artística, comparable a las huellas dejadas por el Renacimiento en Italia.
Un toque futurismo
Pocos conocen la conexión entre la Colonia Güell y la majestuosa Sagrada Familia. A finales del siglo XIX, la Fábrica Güell encargó a Gaudí la construcción de una nueva planta en Santa Coloma de Cervelló.
Gaudí, visionario y alejado de los conceptos antiguos, concibió una fábrica de vanguardia con ideas futuristas junto a viviendas para los trabajadores. Así nació la Colonia Güell, un edificio que se convertiría en inspiración de la emblemática catedral que lleva dos siglos en construcción.
La Cripta: el gran patrimonio
Más allá del diseño práctico y estético, el arquitecto dedicó un espacio para los trabajadores más católicos, el que para algunos es "el tesoro mejor guardado de Gaudí", la Cripta de la Colonia Güell.
Concebida como la maqueta de la Sagrada Familia, su interior revela la genialidad de Gaudí. Columnas inclinadas y bóvedas desordenadas son testigos de la innovación arquitectónica.
Declarada monumento histórico-artístico en 1969 y Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 2005, la cripta es una obra cumbre del catalán, razón por la que se ha convertido en un lugar de peregrinación.
Los tres puntos a visitar
Pero más allá de la Cripta, Santa Coloma de Cervelló cuenta con otros tres enclaves que destacan sobre el resto. Uno de ellos es Ca l'Ordal. Epicentro de la expansión industrial, alberga viviendas para los trabajadores. Sus portones anchos, líneas curvas y fachadas en tonos naranjas ofrecen un paisaje espectacular.
Otros de los dos puntos es la Casa Parroquial, construida a principios del siglo XX y exponente del modernismo catalán, destaca por sus fachadas idénticas que uno puede ver desde todas las orientaciones.
El alumno aventajado
Por último, destacar la obra que el maestro dejó a su principal aprendiz. La colonia Can Bertrand fue materializada por el Josep Maria Jujol, que le dio su personal toque que hace eco con el de su maestro y que es un testimonio del vínculo entre arte y progreso social.
En definitiva, el conjunto modernista en la Colonia Güell revela la riqueza arquitectónica que perdura en el corazón de Cataluña. Un viaje a través del tiempo, donde la maestría de Gaudí se fusiona con la historia y el progreso.