En nuestro día a día tenemos marcas que forman parte intrínseca de la cultura. De hecho, en más un caso, hemos sustituido la palabra original de un producto por su marca más famosa: los kleenex, por ejemplo, es uno de esos casos más claros.
La aceptación popular de ello nos ha llevado a una realidad cada vez más clara. Las marcas tienen un peso total para designar según qué productos. En estas líneas te traemos uno de los ejemplos más claros: los Chupa Chups.
Este famoso caramelo nació a mediados del siglo pasado y es toda una institución en el mundo del azúcar y las golosinas. En un formato en aquel entonces transgresor y novedoso, rápidamente se hizo popular entre los niños y niñas de la época. Pero lo cierto es que no siempre tuvo el nombre con el que lo conoces en la actualidad.
Origen e historia del Chupa Chups
El caramelo con palo surgió fruto de las necesidades del contexto. Alrededor de los años 50, Enric Bernat tomó las riendas de Granja Asturias, un grupo empresarial dedicado a la fabricación de productos elaborados con manzanas. Fue entonces cuando encargó un estudio de campo sobre los hábitos de consumo de caramelos.
Los resultados fueron demoledores: el 67% de los consumidores tenía menos de 16 años. ¿Qué ocurría entonces? Que los niños eran muy dados a ensuciarse las manos con los caramelos y tuvo la idea de diseñar un caramelo con palo para evitar eso. Pese a no contar con el apoyo de sus socios, Enric puso en marcha el mecanismo de forma solitaria y en 1959 patentó la idea para evitar a posibles competidores.
En principio, el producto catalán debía llamarse Gol, puesto que tenía una forma esférica y la boca vendría a ser algo así como una portería, pero lo cierto es que no tuvo demasiado éxito y fue, a través de una empresa de publicidad en Barcelona, cuando se apostó por 'Chups'. Este nombre tuvo algo más de aceptación, especialmente a través del anuncio de “¡Chupa un dulce caramelo, chupa, chupa, chupa Chups!” en la radio.
Ya en 1963, la marca finalmente pasó a denominarse 'Chupa Chups'. Tuvo un éxito absoluto y Bernat se apoyó en Dalí para que este le hiciera el diseño de la marca.