Cuando se dice que Cataluña tiene parajes únicos no es sólo una hipérbole para loar las características del territorio. Hay lugares que difícilmente se encuentran en el mundo o que directamente son casi únicas en Europa.
Uno de estos lugares increíbles es el Mont de Conques, o monte de cuencas, una formación geológica popularmente conocida como volcanes de agua formada por una serie de domos geológicos. Su aspecto es tan espectacular que se usan para estudiar terrenos similares a Marte.
Composición geológica
Puede parecer una exageración, pero lo cierto es que a simple vista estos agujeros se aparecen ante los ojos del turista del Pallars Jussà como unos cráteres gigantes que cobijan cantidades dispares de agua. Una especie de Luna en la tierra.
En realidad, se trata de formaciones de toba calcaria formadas por la filtración de aguas subterráneas ricas en carbonato de calcio que salen a la superficie. Una vez fuera este tipo de aguas se descomprimen y liberan el carbonato de calcio que contienen a los márgenes, por los que se forman estas especies de cráteres tan característicos.
Pocos en el mundo
Estos domos son una rara avis en la Tierra. Sólo se tiene constancia de su presencia en Polonia, Estados Unidos y Australia. Todos ellos, junto con los once cráteres catalanes son objeto de diferentes estudios y usados como modelo, ya que son formaciones muy parecidas a las halladas en Marte.
El problema que afecta a estos cráteres catalanes es que no reciben mucho cuidado. A pesar de formar parte del Geoparc Origens, este ente ha lanzado una iniciativa para apadrinar a uno de estos domos y así favorecer su conservación.
Apadrinamiento de rocas
El proyecto está adherido desde hace más de un año en el programa Apadrina una roca del Instituto Geológico y Minero de España, que busca la conservación y lo seguimiento del patrimonio geológico. El sistema funciona, pero no con estos domos. Nadie se ha interesado por ellos.
La institución recuerda que esta formación, situada entre el pueblo de Isona y la Conca dellà, es un paraje emblemático. Por eso, animan a comprometerse mínimo con una visita anual para comprobar su estado y, en caso de detectar una incidencia, comunicarla para poder ser reparada.