Subir al Everest es una actividad cada vez más común. A pesar del riesgo que implica y la preparación requerida se ha convertido casi en una afición. Las imágenes de los últimos años así lo demuestran.
Con tanto turismo escalador, la montaña se resiente. Tiendas, mochilas, plásticos y otros elementos contaminantes son cada vez más presentes en esta zona del Himalaya. Por eso, con la voluntad de reducir el impacto medioambiental, un grupo de estudiantes de Cataluña han diseñado una serie de soluciones para el primer campo base sostenible del Everest.
Colaboración concienciada
La escuela de diseño Elisava se ha unido a la compañía de ingeniería medioambiental y tecnológica The NeverRest Project para reimaginar un nuevo modelo de campamento base. El objetivo es dar respuesta a los retos de gestión de residuos, de desorganización y sobreexplotación derivados del gran crecimiento de turismo masivo de montaña.
Los cuatro proyectos van desde la planificación y diseño, a la gestión de residuos, los recursos energéticos e hídricos y la conservación del medio ambiente natural. Cuatro iniciativas que resultan prometedoras.
Energía sostenible
La propuesta de Marina Guzmán es una tienda de acampada portátil con un panel solar flexible adherido sobre la superficie exterior. Con esto se puede ser autosuficiente en la montaña, tener energía limpia y soportar condiciones climáticas de frío extremo.
La tienda, además, se puede transportar y montar de forma fácil y proteger componentes electrónicos y equipos de montaña. Cuenta con dos días de autonomía, permite encender ocho bombillas durante seis horas y la carga de 11 teléfonos móviles y dos ordenadores. Esta solución revierte el uso de generadores y combustibles para obtener energía.
Urinario portátil plegable
No hace falta hacer las necesidades en la montaña. La orina puede propagar infecciones e incluso contaminar alguna medicación.
Con esta voluntad, Paula Santacana ha creado un recipiente que filtra un 42% de los componentes presentes en la orina que contaminan el suelo y los ríos. Su uso es unisex y contiene un filtro que permite unos 240 usos.
Viviendas térmicas
El proyecto de Irene Morera es un sistema de tiendas modulares en forma de cúpula geodésica que se complementan con un módulo pasillo que las interconecta. Dado que las tiendas son modulares e interconectables, las piezas que las conforman pasan a ser universales e intercambiables.
Estas casas reducen los costes económicos y ambientales y evitan la necesidad de salir al exterior para recorridos entre tiendas, lo que favorece la conservación del calor, principal amenaza a esta altura. Además, este sistema de cohabitable temporal fomenta la socialización y la interacción entre los individuos.
Manual para la conservación
Después de un mapeo de todo el campo base, el estudiante Adrià Fàbregas ha elaborado el plano definitivo. Una iniciativa que surgió al ver la falta de organización por parte de las empresas explotadoras responsables de montar las tiendas y urbanizar el territorio.
Este manual, llamado Kapas, plantea un proceso para organizar el campo de una forma coherente, justa, resolutiva y ambientalmente responsable. Una cuarta y definitiva propuesta ideal para preservar un paraje natural único.