La lista Forbes se encarga cada año de recordar quién es el catalán más rico. Cada década entra alguno nuevo y otros desaparecen, en cualquier caso, la historia de Cataluña se cuenta gracias a estas personas y también al pueblo. El actual y el pasado.
Si uno echa la vista atrás puede ver que los millonarios existieron en este territorio desde hace siglos. Milenios. Uno de los primeros adquirió mucha fama en la época del Imperio romano y tiene bastante conexión con la época actual.
Vino layetano
Lucio Licinio Sura fue un senador romano, nacido en la antigua Tarraco que, como muchos por esas tierras, consiguió hacer fortuna gracias al vino. La fortuna hizo que este hombre se viera tocado por los caprichos del dios Baco y amasara una fortuna que lo llevó hasta Roma.
Tras la fundación de Barcino, en el siglo I, el tarraconense vio una oportunidad en hacer negocio con la producción de uva que se producía en el área que actualmente va del Maresme al Garraf y ocupando parte del Vallès. La antigua Layetania la conocían.
Lucio Lucinio Sura representado en una columna trajana
Días de vino y guerras
Su poder cada vez fue a más, hasta tal punto que en Roma conocieron de su fama. Una vez allí, arranca el misterio en torno a su vida --porque no hay rico famoso que tenga una historia mundana--. Unos lo sitúan como senador romano, otros textos hablan de que era un hombre de tal peso que influía en un grupo de senadores provinciales de origen hispano y narbonense, sin ser él miembro.
Pero su poder era más que visible. Gracias a él y a su capacidad de influencia, el emperador Marcus Ulpius Traianus pudo ser nombrado emperador. Licinio Sura se convirtió en su mano derecha y fue nombrado cónsul en Germania inferior. Allí, le pilló la guerra Dácica.
Amigo del poder
Junto a Trajano combatieron en el Danubio contra Decébalo. Ambos salieron victoriosos y el emperador supo recompensarle con otros cargos durante su mandato. Tiempo en el que apoyó a Adriano para sucederlo en el cargo.
Su importancia es tal que no se descarta que en las columnas trajanas que conmemoran la victoria contra los dacios, aparezca su relieve, entre todos los que apoyaron al emperador. Y es que siempre fue un hombre fiel al poder.
Arc de Berà
Arc de Berà
Su nombre está escrito en el monumento que ordenó construir en honor a Julio César en plena vía augusta tarraconense. Ese monumento sigue en pie, se trata del Arco de Barà. Claro que, una vez más, las versiones históricas difieren y hay quien dice que fue ordenado construir por un antepasado suyo. Cosa que no está probada. También cuenta la leyenda que Llicà del Vallès se llama así después de que se descubriera que él tuvo una villa allí.
En cualquier caso, dinero no le faltaba. Eso implica que esclavos tampoco. Uno de los más famosos también hizo fortuna. Lucio Lucinio Segundo siguió a su amo en eso del negocio del vino y se hizo un hombre tan poderoso que hay varias inscripciones por la ciudad. Pero esa, es otra historia.