Las ciudades de Cataluña son milenarias. Al menos en su gran mayoría. Antes de los romanos, hay constancia de la presencia de poblados íberos. Y en el camino hasta hoy aparecieron todo tipo de leyendas. Están las que tienen al mismísimo demonio de protagonista, pero también seres enormes, gigantes.
Una de estas localidades es toda una capital de la comunidad autónoma, Girona. Pero en realidad, para remontarse a sus orígenes uno tiene que viajar hasta la otra punta de la Península Ibérica, al sur, a Cádiz.
Reyes de Cádiz
Cerca de donde ahora se encuentra la tacita de plata estaba ubicada Hesperia. Estaba gobernada por el rey Crisaor, hijo de Medusa y Poseidón, y la reina Calírroe, una oceánide. De la unión de ambos nació Gerión, todo un monstruo.
Gerión, como hijo de gigante, salió igual que el padre. Era enorme, un monstruo alado que tenía tres cuerpos unidos por la cintura. Causaba el terror, sobre todo una vez quedó huérfano. Fue entonces cuando, lleno de codicia, rabia y fuerza, expandió sus territorios hasta la actual Girona.
Amor y sangre
No fue fácil hacerse con estas tierras, a las que llamó Geronia. Allí ya existía otra población que le opuso total resistencia. No querían un rey cruel y despiadado que había dejado un baño de sangre por allí donde pasaba. Aunque algo hizo que esa maldad se viniera abajo por amor.
Conoció que quien gobernaba esa zona era Pyrene, una reina tan dulce y bella que era lo opuesto a él. Así que le propuso casarse con ella y así mantener en pie el pueblo que había levantado ella y procurar la seguridad de sus ciudadanos.
Reina amenazada
La reina no estaba por la labor. Asustada, se fue a refugiar en un bosque junto a varios soldados que la protegían. Eso enfureció al monstruo, hasta tal punto que decidió quemar todo el bosque hasta hacerla salir.
Pyrene, asustada entre tanto fuego, lanzó un grito que llegó hasta los oídos de Hércules, quien por aquel entonces iba por el Mare Nostrum. Este fue en su búsqueda, pero llegó tarde. La reina murió.
La batalla final
El gran héroe griego, roto de dolor, apagó el fuego de Gerión, ya asentado y dueño de Geronia. Quería venganza y retó al gigante a un duelo. Y se produjo.
La leyenda de Hércules es más fuerte que la de Gerión. A pesar de que este fuera un gigante de tres cuerpos y cabezas, perdió la batalla. Del legado de Gerión queda sólo la ciudad. De Hércules, el mito. Y de Pyrene… Lo contaremos en otra ocasión.