Pablo Picasso era malagueño, sí. Pero su paso por Barcelona fue muy productivo. La ciudad tiene al pintor como un hijo adoptivo más. El museo Picasso es una buena muestra de ello. Pero hay algo que ha desaparecido, su casa de infancia.
Los turistas pasean por la zona donde el artista vivió sin tener la más mínima conciencia de que el suelo que pisan vio crecer a uno de los referentes del vanguardismo pictórico. Todo porque no queda ni rastro del edificio en el que pasó su adolescencia y juventud, derruido en 1981.
Construcción de una semana
Todo esto va a cambiar. A partir de este 24 de septiembre y hasta el 2 de octubre, los barceloneses y sus visitantes podrán disfrutar del que fue el hogar catalán de Picasso. 140 metros ubicados en la plaza de la Mercè, donde estaba la vivienda original, que promete una experiencia inmersiva en la vida y obra del pintor.
El ayuntamiento de la capital catalana ha decidido conmemorar el 50 aniversario de la muerte de Picasso con una instalación efímera, pero totalmente inmersiva en medio del barrio Gótico. Gracias a la tecnología de la realidad aumentada, se podrán conocer los rincones de la casa y varios detalles de la vida del joven artista.
Realidad aumentada
El estudio de arquitectos Squaremmkm han diseñado este espacio de 140 metros cuadrados que recrea el inmueble que estaba situado en el número 2 de la calle Mercè, entre el paseo Colón y la calle Ample. Dividido en 10 compartimentos, el que se acerque allí podrá descubrir qué inspiró al joven Picasso, qué le atraía, cómo fue su vida de adolescente y qué le llevo a coger allí, por primera vez, unos pinceles.
El joven malagueño se mudó con su familia a ese apartamento en 1896. Los Ruiz-Picasso estuvieron antes en la calle Reina Cristina tras dejar Málaga. Ellos continuaron allí hasta 1926. El artista se fue antes. En 1904, ya atrapado por la pintura y el arte Pablo se fue a París, donde su talento eclosionaría y se convertía en un artista de fama internacional. Un referente histórico del arte.