Las playas paradisiacas, las excursiones por los lagos de los parques naturales y los baños en las diferentes pozas que hay en Cataluña pueden ser, en breve, cosas del pasado. De hecho, empiezan a verse las consecuencias. 36 municipios están en alerta máxima.
Puede parecer exagerado, pero es una realidad que ya se vive y que pocos quieren ver. Hay pantanos que apenas están a un 5% de su capacidad, los embalses de las cuencas internas de Cataluña están al 23 %, tras haber llegado sólo al 31 % en mayo y junio por las lluvias, y la situación es de máxima alerta.
Distopía real
No es una distopía es una realidad. La sequía no afloja en Cataluña y la situación es especialmente crítica. En el pantano gerundense de Darnius-Boadella, que se encuentra al 17 % de su capacidad, ha obligado a la Generalitat a decretar la situación de emergencia en otros 12 municipios más del Empordà, que se suman a otros 24 que ya lo estaban.
Esto no es una nomenclatura más, implica aumentar las restricciones. El director de la Agencia Catalana del Agua (ACA), Samuel Reyes, ha sido claro "hemos tenido lluvias fuertes y alguien puede pensar que se ha acabado la sequía, pero no es así; en la comarca del Garraf (Barcelona), en el último año ha llovido una cuarta parte de lo que sería normal, pero en un día cayó la mitad de la lluvia de todo el año".
Todos los municipios con restricciones de agua
De las 18 unidades hídricas internas --cabeceras de río, acuíferos y pantanos--, pasan de dos a tres las de estado de emergencia, el máximo nivel de alerta que incluye restricciones más severas, prosigue Reyes. Por eso, la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, ha anunciado que las restricciones se amplían.
En total, son 149.000 habitantes los que están en fase de emergencia: 123.080 de Darnius-Boadella, 24.399 del Fluvià Muga (Girona) y 1.692 de Riudecanyes (Tarragona). En total los municipios afectados, tras los nuevos 12 son:
- Agullana
- Armentera
- Cabanes
- Cadaqués
- Capmany
- Castelló d'Empúries
- Duesaigües
- Espolla
- El Far d'Empordà
- Figueres
- Fortià
- Garriguella
- La Jonquera
- Llers
- Masarac
- Mollet de Peralada
- Palau-saverdera
- Pau
- Pedret i Marzà
- Peralada
- Riudecanyes
- Riumors
- Roses
- Sant Climent Sescebes
- Sant Miquel de Fluvià
- Sant Mori
- Sant Pere Pescador
- Santa Llogaia d'Àlguema
- Torroella de Fluvià
- Ventalló
- Vilabertran
- Viladamat
- Vilajuïga
- Vilamacolum
- Vilamalla
- Vila-sacra
Restricciones impuestas
Todos estos municipios están en fase de emergencia, la más grave de todas, y ya sufren y ahora 12 van a empezar a sufrir restricciones serias de agua. Esto es a lo que se enfrentan:
- Supresión del riego agrícola
- Reducción del 25 % de consumos de agua industriales y recreativos
- Prohibición de riego en jardines públicos y privados
- Cierre de fuentes decorativas
- Prohibición de llenar piscinas o limpiar coches fuera de establecimientos especializados, con una dotación máxima de 200 litros por habitante y día por cada municipio.
Otros municipios en alerta
Pero si ya son 36 los municipios en alerta máxima, eso no implica que el resto estén a salvo. Entran en escenario de excepcionalidad (el anterior a emergencia y en el que ya está el área metropolitana de Barcelona) el acuífero Carme-Capellades (comarca del Anoia, en Barcelona). Por su parte, el del Baix Ter (Girona) aumenta a alerta, la fase previa a la excepcionalidad.
Así las cosas, actualmente sólo 13 municipios de Cataluña están en situación de normalidad (zonas de Valls y Banyoles), 105 en alerta, 477 en excepcionalidad (entre ellos todos los del área metropolitana de Barcelona) y 36 en emergencia.